Este
domingo pasado nos reunimos en Pelayo Desdelpicu, Trasmisiones, Piraguas el Sargento
playu que consiguió su pase de fin de semana a última hora y un servidor,Turonman.
Nos encaminamos hacia la Guía
pues Desdelpicu había quedado allí con
un compañero de fatigas. Manolo cuyo nombre de guerra es “Tello”, y que creo
que disfruto de la ruta.
Durante
las primeras pedaladas habíamos convenido que daríamos libertad al Sargento
para la elección de la ruta y así fue.
Como
es habitual comenzamos por la senda, pero a la altura del tragamon el Sargento
nos ordeno dirigirnos hacia Castiello y posteriormente Caldones. En esta zona
nos deleito con una caleyina nueva que no tenia la completa seguridad que nos
condujese a donde el pretendía ir. Hubo suerte y aparecimos en la zona de la
subida a la cuesta de la
Bombilla. Subimos a buen ritmo y haciendo las veces de
segadoras humanas. Hay que ver como crece la vegetación en esa zona.
A
esas alturas de la película el Sargento empezaba a comentar que casi con toda
seguridad nos dirigiríamos a Peón para explorar nuevos territorios.
Continuamos
por la zona de la llomba hacia el eucaliptal de Deva.
Nadie
ponía reparos a las sugerencias del guía. Lo único que se oía era a piraguas
quejarse de su estado físico después de una semana acatarrado y con problemas
de espalda.
Bajamos
por a trialera de la parada del autobús camino a rioseco. Tengo que decir que
esa bajada o en su defecto esa subida la tenemos un poco olvidada, y ahora está
inmejorable.
En
rioseco nos disponíamos a subir por el camin del coriscau que nos conduce hasta
la cabaña del Marques. En este punto la espalda de Piraguas dijo ¡Basta! Y nos
abandonó. Mientras comenzamos a subir pensé que en esta ocasión seguro que habría barro. El Sargento nos
sorprendió y argumentando que como no venia Trancas, íbamos a abandonar la
subida y dirigirnos hacia la bajada de la cuesta de la bañera para volver a
rioseco.
Solo
quedamos 5 integrantes del sexteto inicial y las órdenes eran dirigirse hacia
brañaverniz para llegar a la carretera del curbiellu, donde posteriormente
realizaríamos otra incursión en una
caleya desconocida.
Antes
Fermín pudo ver una bici que le gusto mucho y no pudo resistir la tentación de
probarla. También vimos un “raposu”, aunque un tanto estático.
La
nueva caleya promete. Aunque yo al principio pensé que tendríamos que regresar sobré
nuestros pasos.
Nos
conduce hasta la bajada a Peón que utilizan normalmente los Pelayos en su ruta de
Covadonga y se une a la que utilizamos nosotros en nuestra marcha, en la parte final.
Decidimos seguir con la exploración y el descubrimiento pero en esta ocasión la suerte no nos acompañó. ¡O si! Porque el paisano del prau no apareció con la escopeta ni nos soltó los perros.
Podíamos ver la zona donde estaba la trialera hacia donde nos dirigíamos. Pero una zona de bosque de eucaliptos y zarzas hacía imposible llegar.
Decidimos seguir con la exploración y el descubrimiento pero en esta ocasión la suerte no nos acompañó. ¡O si! Porque el paisano del prau no apareció con la escopeta ni nos soltó los perros.
Podíamos ver la zona donde estaba la trialera hacia donde nos dirigíamos. Pero una zona de bosque de eucaliptos y zarzas hacía imposible llegar.
Vuelta
sobre nuestros pasos y carretera hasta la entrada a la trialera que pasa por
los pilares del viaducto de la
Autopista dirección a la casa de los avestruces. Tanto en un
sentido como en otro está de vicio para dar pedales a excepción de la última rampa de hormigón
donde el GPS marca un 40% de desnivel.
De
ahí raudos y veloces dirección a la olla donde Tello y Desdelpicu nos
abandonaron. Transmisiones el Sargento y yo, nos dirigimos a la gasolinera del infanzón
a limpiar nuestras bicis.
Desde allí asfalto hasta casa, sin más novedad que la contrarreloj que tuve que hacer para recuperar el GPS que había olvidado en el muro de la gasolinera. Cinco kilómetros hacia arriba a tope que al menos tuvieron premio. La bajada con el GPS recuperado ya fue un poco más tranquila.
Desde allí asfalto hasta casa, sin más novedad que la contrarreloj que tuve que hacer para recuperar el GPS que había olvidado en el muro de la gasolinera. Cinco kilómetros hacia arriba a tope que al menos tuvieron premio. La bajada con el GPS recuperado ya fue un poco más tranquila.
Sabemos
que no es como subir a Peñamea con Barrancas. Pero la labor de I+D está hecha,
y esperamos compartirla en próximas
salidas con todos vosotros.
Si
habéis leído la crónica y como podéis ver en algunas de las fotos Mountain bike
en estado puro, con agua, charcos, barro, y algún pequeño paseo. Todo ello mezclado
pero no agitado, para dar como resultado un exquisito cóctel de caleya.
Turonman
Turonman
Pues cuidadín cuidadín que Barrancas amenaza con "organizar" otra marcha, pero esta vez va a ir mas preparado, el Bocadillo se lo va hacer y llevar Trancas y el aljibe con agua lo porteará Corto Maltés
ResponderEliminarAlgo oí yo por ahí, se va a llamar el soplao. ¡No coño que ese nombre ya está en uso, se llamará el fumao!
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