Dejamos
esos repechos iniciales y duros para salir a una carretera ancha, y luego por
caminos fuimos ascendiendo al Naranco.
Poco antes de llegar al Cristo, decidimos parar para comer, llovía de forma exagerada pero nos resguardamos debajo de unos árboles. Menos mal que tras la comida dejó de llover ya que pensamos que se nos caía la ruta y teníamos que regresar en tren.
Tras un breve repecho, llegamos al Cristo, vaya frio que hacía, menos mal que pronto entramos en calor.
Descendimos en dirección a San Cucao para pasar al concejo de Illas. En un bello paraje, a la ribera de un rio, y tras pasar por una zona empedrada, la rueda trasera del Sargento Playu dijo basta, y eso que llevaba mocu.
Que pena que no acudió a la cita el Cuerpo porque si fuese así, el Sargento le diría que lo del mocu era una chorrada y que no servía para nada. La verdad que me resulto raro que se uniese a las nuevas tecnologías, pero al final, ya vi que no me equivoque nada.
Tras la reparación y un breve rodar, Yogurín dijo basta, y decidió volver a casa. Fue una pena ya que no quedaba mucho, en relación a lo que tuvo que hacer sólo, supongo que el regreso le haya pesado.
Después de la hora de la comida buscábamos un sitio para tomar café pero nos resultó imposible parece mentira que quizás tras una treintena de kilómetros no encontramos un puñetero bar en toda la ruta.
Ya llevábamos 65 km y nos tocaba ascender al Pico Cuervo, subida de órdago que a mí particularmente, se me comenzó a atragantar. Y llegó el momento de Manny, llevaba ya un rato picándome debido a mi bajada de rendimiento, así que decidimos subir el Gorfolí, pico que en la ruta realizada por los Pelayos, llamada "la impensable", no se ascendió.
Que contaros, cada uno por su lado, pico y pala y para arriba. Por fin, en el alto, dimos las gracias a Manny, porque tenía razón, fueron una de las mejores vistas de la ruta, por no decir la mejor.
Poco antes de llegar al Cristo, decidimos parar para comer, llovía de forma exagerada pero nos resguardamos debajo de unos árboles. Menos mal que tras la comida dejó de llover ya que pensamos que se nos caía la ruta y teníamos que regresar en tren.
Tras un breve repecho, llegamos al Cristo, vaya frio que hacía, menos mal que pronto entramos en calor.
Descendimos en dirección a San Cucao para pasar al concejo de Illas. En un bello paraje, a la ribera de un rio, y tras pasar por una zona empedrada, la rueda trasera del Sargento Playu dijo basta, y eso que llevaba mocu.
Que pena que no acudió a la cita el Cuerpo porque si fuese así, el Sargento le diría que lo del mocu era una chorrada y que no servía para nada. La verdad que me resulto raro que se uniese a las nuevas tecnologías, pero al final, ya vi que no me equivoque nada.
Tras la reparación y un breve rodar, Yogurín dijo basta, y decidió volver a casa. Fue una pena ya que no quedaba mucho, en relación a lo que tuvo que hacer sólo, supongo que el regreso le haya pesado.
Después de la hora de la comida buscábamos un sitio para tomar café pero nos resultó imposible parece mentira que quizás tras una treintena de kilómetros no encontramos un puñetero bar en toda la ruta.
Ya llevábamos 65 km y nos tocaba ascender al Pico Cuervo, subida de órdago que a mí particularmente, se me comenzó a atragantar. Y llegó el momento de Manny, llevaba ya un rato picándome debido a mi bajada de rendimiento, así que decidimos subir el Gorfolí, pico que en la ruta realizada por los Pelayos, llamada "la impensable", no se ascendió.
Que contaros, cada uno por su lado, pico y pala y para arriba. Por fin, en el alto, dimos las gracias a Manny, porque tenía razón, fueron una de las mejores vistas de la ruta, por no decir la mejor.
Descendimos
hacía Avilés, y ya en el concejo de Corvera decidimos hacer un descanso para
tomar un café, como nos entró, eran las cinco y veinte, y tan sólo nos faltaba
una veintena de kilómetros para llegar al hogar.
Pasamos
por el embalse de Trasona, en donde había una competición de piraguas. El Playu
paró a soltar la parpayuela, que cosa más rara sino habló nada en toda la
ruta.
Cada
repecho que había parecía un auténtico Mortirolo, pero bueno, ya pensábamos que
no faltaba nada. Nos dolían las piernas, los pies, el culo, la cabeza,…vamos
todo el cuerpo pero ya estaba.
Pasamos al lado del Valle, y el camino ya era llano, plato grande corona pequeña y a rodar.
Pasamos al lado del Valle, y el camino ya era llano, plato grande corona pequeña y a rodar.
Salimos
en Veriña, nos encontramos con la
familia de Manny, que nos pitó, y por mucho que intentó, no pararon a
recogerle.
Redios!!!! .... las fuerzas especiales repechinas en misión suicida por territorio hostil ... ¡¡¡¡ que poderío !!!!
ResponderEliminarUna pequeña matización solo , la ruta de los Pelayos se llama"La impensable".
ResponderEliminarY eso lo delo mocu solo pa los catrros
El error se subsana inmediatamente Sargento. Se le aplican tres días de calabozo al cronista.
ResponderEliminarLos fallos solo los cometen los que escriben. Disculpen las molestias y asumo el castigo.
ResponderEliminarjejejeje, Mani, ¡¡¡ como se nota lo que te aprecian en casa !!! Mira como te animaron para que acabaras la ruta y no sucumbieras a lo facil, que era subir al coche . jejejeje
ResponderEliminar¿Fácil?, podía haber habido golpes por subir al coche.
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