UN REPECHÍN EN SUIZA

Hola amigos, hoy mi crónica no va sobre una de nuestras salidas domingueras (que ya las echo de menos), sino de nuestra vida por esos mundos de Dios.

Nuestro viaje a Suiza nos hizo cruzar toda Francia, y antes de abandonar el país galo, tuvimos un pequeño incidente, una ventana de nuestra autocaravana, salió volando por la autopista.

Esto nos retuvo un poco la marcha, y tuvimos Chamonix como centro de operaciones hasta la llegada del recambio. Parece extraño, pero dormir en la calle, por aquí, sin una ventana, es muy seguro. Nadie nos miraba el marco de cinta americana ni el celofán que sujetaba un plástico que cubría el hueco. Nadie se acercó a mirar la auto a ver que le pasaba, esto lo cuento y seguro que nadie me lo cree. Si nos pasa en España seguro que nos roban hasta el cable de las bombillas en una parada en un semáforo.

En el tema de las bicis, yo, viendo como se las gastan aquí para salir a dar una vuelta en bici, creo que me voy a comprar, como mi amigo Tino del los Pelayos, una equipación rosa.

Aquí, salen a esquiar o a andar en bici, o a escalar, no importa el tiempo ni la temperatura ni nada. Si quedan para salir en bici, salen y punto.

No como nosotros, que si vemos una nube en Candás, ya ponemos el foro a echar humo para abortar la salida.

Con la nieve un poco por encima de las casas, se sale en bici con ropa de verano, si llueve, se pone la chaqueta de manga larga, y si nieva, entonces se pone también el pantalón largo, pero salir, se sale. Y os lo aseguro yo que lo vi. en los 4 días que estuve aquí.

Un poco de envidia, ( bueno, de un poco nada, muchísima) si me daba ver a la peña. Echaba de menos a la Nenina para dar un garbeillo por aquí, pero claro, si llego a sacar mi “ América XT4” de la auto, ni me dirigen la palabra. ¡¡ Menudo nivelazo de material se gastan aquí!!! Igual si miras las bicis, que los esquís, que la ropa de montaña, se nota que por aquí, de crisis nada de nada.

Nosotros nos dedicamos mas a las “rutas de turistas”, cerca de lagos, por ciudades y sus cascos antiguos, de cafetería a heladería,  cosas así, y la verdad es que también se disfruta mucho (a falta de pan…..)

Una vez en Suiza, las montañas no tienen fin, y la gente sigue esquiando en esta época (seguro que a Janjun le hubiera gustado estar por aquí). 

Si un teleférico te sube a una cumbre preciosa, otro te lleva o otra mejor, y una carretera de mil curvas te hace conocer la Suiza “profunda”, que es la que nos gusta a nosotros.

Nieve, hay toda la que quieras y mas, y las casas son todas de madera. Los pueblos, están formados por cientos de casas, todas individuales, y de madera, nada de cemento ni hormigón, y unas pilas de madera cortada milimétricamente, colocadas al lado o cubriendo alguna de las paredes de la casa es la imagen habitual.

También son habituales los ciclistas con sus “flacas” subiendo puerto tras puerto, entre otras cosas porque aquí no hay llano nada. (Aquí disfrutaría mucho Turonman).

Y que decir de la comida (aquí si que disfrutaría el Sargento…), viendo el tamaño de los quesos de Gruyere (que deben ser como ruedas de 26´´), ya me lo imagino haciendo amistad con algún artesano y no pudiendo sacarlo de la quesería ni con dinamita.

El resto de los Repechinos, disfrutarían como yo, rascándose la barriga todo el día y probando las cervezas del país, que son muchas y están muy ricas, palabra.

Bueno, las fotos espero que os gusten, otro día…. Mas.

Un saludo a todos desde Suiza                          WILLY