Cada año el número de participantes va en aumento, aunque echamos en falta más féminas en la ruta. Aunque nuestra Repechina “la Doctora”, deja el pabellón femenino muy muy alto. Este año, tras una caída en los últimos días de entrenamiento, tomaba la salida con una rodilla bastante “tocada”, pero aguantó el tipo como una campeona y legó en muy buena forma a la meta.
Intentando no llegar “fuera de control” a las duchas en Cangas de Onis, adelantamos nuestra salida desde Pelayo a las 8, y luego en la Guía ya nos juntamos todos. Creo que este año nos reunimos unos 46 participantes, todos con muchas ganas de pedalear y pasárnoslo bien.
Bonita bajada por la trialera a Peón, con algún que otro charco, que aunque Piti nos animaba a pasar por el centro, nadie se animó, ante la duda de la profundidad.
Una parte del grupo subió La Cruz por el asfalto, y otros, más por el qué dirán que por otra cosa, intentaron la subida por la caleya.
La subida parecía la peregrinación al Rocío, gran número , a patita, y eso que era zona “ciclable”. Había todo tipo de comentarios:
- ¿Cuándo empieza la subida? (Bilbao boys)
- No me grabes, no me grabes (los que iban paseando)
- ¡ toy como un cañón¡ (German)
- ¡ hay mamina, vais a acabar conmigo¡ (Pedro)
- ¿ataco ya o espero al siguiente repechin? (Piti)
- ¡ Haber si paso camuflado y no me ve nadie empujando la bici.…..¡ (Ferre)
Una vez en el asfalto, nos juntamos con los que subían por “lo fácil”, y allí vimos al Alloriau, subiendo muy relajado, conduciendo con una mano y mirando el paisaje.
En el alto, nuevo reagrupamiento y ya se veían algunas caras un poco “congestionadas”, pero con ánimo porque veían que tocaba bajar hasta Villaviciosa.
La bajada no fue tan alegre como se esperaba, pues la vegetación había crecido más de lo deseado y los escayos y las hortigas hicieron su agosto en la piel de los participantes.
La bajada no fue tan alegre como se esperaba, pues la vegetación había crecido más de lo deseado y los escayos y las hortigas hicieron su agosto en la piel de los participantes.
Cargamos agua en Amandi y la zona del río la tuvimos que hacer con nuestras bicis de la mano, pués no era muy ciclable. Lástima de no contar con Mr. 43 para ver sus equilibrios sobre las húmedas rocas y que más de uno aprendiera algo de técnica.
Desde aquí, “un repechin de unos 50 m. abundantes” hasta Anayo donde comimos.
Aquí, cada uno cogió su ritmo y se acopló a un grupo. Por mi parte, me tocó subir junto a German, Piti, Cortés y Yeloqu´hay, como “gregarios” del Yogurín, al que subimos en “volandas”. ( menos un momento que nos grabó la Moto 1, donde dejamos a nuestro “líder”, más tirado que una colilla. ) . Ante la amenaza de no cobrar la nómina este mes, levantamos el pié y ya subimos juntos hasta el avituallamiento.
Algunos con fuerzas de sobra, echaron una partida de bolos, y el resto fuimos entrando al garaje para coger sitio y recuperar energías.
El olor a “compañerismo” que se respiraba en el comedor era increíble, pero con la llegada de la comida, todo se olvidó.
Entremeses fríos y calientes regados con abundante sidra, langostinos 2 salsas, lenguado relleno y cordero o buey a romper, tarta milhojas helados cafés y chupitos formaron parte del menú que nos tenía encargado el Sargento Playu, (y luego hay quien dice que siempre encarga la misma comida….).
Media hora de siesta y otra vez a coger las bicis, pero esta segunda parte, no la contaré hoy, lo haré………MAAAAAAÑANA.
WILLY
Parece que no estuve en la marcha, porque de todo esto yo ni me enteré, bueno por no enterarme no ví ni un bigote de los langostinos, será que todavía le dura a Willy el efecto Ibiza-Mix
ResponderEliminarNo hay como las crónicas de Willy. El que quiera conocer la realidad tendrá que hacerlo desde dentro. ¡Animo ya falta menos!
ResponderEliminarNo se que marcha a Covadonga seguisteis vosotros. La crónica de Willy se ciñe 100% a la realidad.
ResponderEliminarExagera un poco en la comida, al decir que eran langostinos, en realidad era gambón y solo había vinagreta, pero el resto como digo 100% verídico.
¡Ja que bien lo paseeeemos!
Ja, ja, ja. ¡que bueno! Que ganes tengo de que llegue la crónica de la segunda parte pa que cuentes lo que me echaste de menos en les duches. ¿Quién te frotaría la espalda, picarón?
ResponderEliminarY lo de la comida ye verdá. ¡Vaya peazo langostinos! Menos mal que no soy alergicu al mariscu si no, no como.