Hoy jueves, estrené mi equitación invernal de los Repechinos, y que mejor momento para hacerlo que una klandestina.
En una fresca mañana, nos reunimos en el check point habitual, Turonman, el Yogurín, Yerman, el Playu y yo, con ganas de quitarle el frío a las bielas. Nos falló el Cuerpo, que dijo que estaba muy cansado de currar, aunque la opinión generalizada en el grupo era que trabajaba menos que el sastre de Tarzán.
Comenzamos con un paseo suave por la playa hasta la casa de Rosario Acuña y una vuelta tranquila hasta aparecer junto al autocine, lugar donde el Playu buscó una de sus “rutas alternativas” que nos hizo erizar los pelos del lomo a más de uno.
Al final, pin, pan, toma lacasitos, aparecimos en el paseo fluvial de la Playa de la Ñora al golf. Como es lógico, subimos, y la verdad es que llover mucho, estos días no llovió, pero barro y charcos, aquí hay para dar, tomar y exportar.
Total, llegamos al parking del golf, con más barro encima que unos jabalíes tras un baño, cosa que subsanamos en parte, gracias a las mangueras que hay en el taller de mantenimiento. En la carretera, había un camión de sidra que estaba atascado en el barro, y dudamos en si seguir nuestro camino o parar a ayudarlo a salir, pero dado que no parecía que nos fuera a pagar nuestro esfuerzo con unes botellines de nuestra bebida autóctona, decidimos dar un trago al isostar del camel bag y seguir.
Aligerados los 4 ó 5 kilos de barro, seguimos, y como que no quiere la cosa, el Playu dijo:
-¿hasta donde vamos?
- (respuesta de unos incautos) –“ da igual, donde quieras, tira”
-pues vamos a ver como está el Mortirolo por detrás.
La imagen que se vió en el grupo, es como la de Homer Simpson cuando mete la pata en algo: cierre de ojos, bajada de cabeza rápida y hombros arriba y un “ auu”, reconociendo haber fallado en nuestra respuesta.
Bajamos por los túneles y en un pis pas estábamos junto al cartel de Barrio de la Cuesta.
Sin darnos tiempo a asimilarlo, plato de café y piñón gigante y a “calentar la patuca”.
Al Playu no se que le picó, pero en un momento lo perdimos de vista, creo que se agarró a un Pascualín que subía. Por mi parte, como era mi primera salida del 2012, me dije :
- tú tranki,… regulando…, que hay aquí cuesta pa aburrir .
Allí que subíamos como podíamos, Turonman un poco delante , poco, Yerman retorciéndose encima de la bici como un merucu en el anzuelo, El Yogurín chupando del ventolín como si estuviera buceando debajo del agua y yo buscando como un loco el piñón de 38 ó el de 40 dientes que me había puesto Mani para haer mas llevaderos estos falsos llanos.
Creo que todos echamos los polvorones que comimos en las pasadas fiestas, y yo eché hasta los del 2005, pero llegamos a la Plaza de la Llave, y sin parar seguimos hasta la cima.
Ni que decir tiene que no pudimos ver si había buena vista de Gijón en la subida, solo veíamos asfalto y manillar, pero en lo que parecía una “ Visión Celestial”, antes de llegar al observatorio, entre delirios y sudor, nos pareció ver al Playu parado en el hormigón, no se si se miraba las uñas o se sacudía el polvo de la manga del mallot, pero lo importante era que estaba parado.
Allí nos propuso hacer una ruta nueva, que era bajando, a lo que contestamos un SIIIII que se debió oír en Candás.
Total, una bajadita que bautizamos como la Cuesta del Jabalí, ya podéis imaginaros el porqué. Estaba “un poco” complicadilla, con el barro muy resbaladizo, ramas y piedras por doquier y unas rodadas como las de la subida a la Cruz ( o ese recuerdo tiene mi neurona). Resumiendo, el último tramos, ante una posible visita al dentista antes de tiempo, la decidimos hacer a patita.
Salimos a la zona alta que habíamos hecho unos minutos antes subiendo el Mortirolo por detrás, y desde allí, ya bajamos hacia Gijón.
Bajamos por detrás de casa de Piti y a la Senda de la Camocha, donde encontramos a Tori, que estaba “ soltando un poco las piernas” con su bici nueva. Viéndolo con su ropa y zapatos impecable, le animamos a que nos acompañara un domingo para gozar como un jabalí en el barro en una de nuestras salidas habituales.
De regreso , por la playa, fuimos hasta la República Independiente de Cimavilla, y la verdad es que me quedé impresionado de la imagen que allí vi. Parecía un lugar apartado del mundo, un pueblín donde todo el mundo se conoce y se saluda, donde la gente tiende la ropa en la ventana y baja en bata a la tiendina de al lado. Un lugar donde ves al paisanín con su cigarro de Celtas o Ideales colgando de los labios y donde los que sobrábamos , éramos tres locos llenos de barro a los que todos miraban desde las ventanas y los portones. La gente, se sonreía, seguro que al reconocer a uno de ellos y pensar ….” Ha, si ye Fermín, claro , no podía ser otru ….”
Yo cuento lo que ví, aunque no se si sería un delirio de mi agotada neurona, porque luego, ya en casa, descansando, recordaba la imagen de ese mismo sitio en la noche del fin de semana….. y no se parece en nada.
Bueno, que se me va la neurona y esto parece una crónica “pastelera”, a lo que voy, que parte de mi culpa por la ausencia del otro día está pagada, el resto, la pagaré, …. Hoy no,…….¡¡¡MAÑANA!!!!
WILLY
PD. La crónica con casi 12 horas de retraso. ¡Chaval te estás jugando el puesto!
Ahora resulta que las crónicas con retraso, tu chavalín con la que está cyendo te estas jugando los garbanzos de Cova y de tus sobrinas.
ResponderEliminarQue razón tienes a que Cimavilla de día es un pueblín y por la noche un estercolero gracias a los "botelloneros marranos" a esos si que había que cazarlos pero con tirachinas y rodamientos.
¡Hay si me dejasen a mi y a unos cuantos vecinos!volviesen todos abstemios pa los restos.
Y...no voy a seguir porque me caliento
no, si yo hice la crónica bien de tiempo, lo que pasa ye que quedó colgada en el ciberespacio y no aterrizó hasta hoy. jejejejeje
ResponderEliminarVamos a ver Fermin, se que este post ya esta caducado pero ef de dedir que ahi te equivocas porque esos ''botelloneros marranos'' de los que tu fales son nada mas y nada menos ke los tus alumnos del karate como consecuencia de tu disciplina bananera y no por eso voi a disculparme me veo obligado por mis superiores a exponer este relato que yo mismo ef vivido en mis propios tocinos (si...soy yo, un repechin)
ResponderEliminarresulta que el otro dia despues de un buen botellon
volvi a gimnasio encontre a casca rabias con morillon
resulta que se apunto, y a felipe se junto
y como yeramos pocos pa rematala regresa Anton
Entre mentiras y fulas se regocigaba Anton
luego vienen las pirulas y su trasero se hizo un butron
Firmado: Covi, antigua alundra