domingo, 17 de julio de 2011

UN REPECHIN EN IBIZA


Después de “sufrir” con las playas de aguas transparentes, el sol, los chiringuitos, los mercadillos hippys, las terrazas “chill-out”,los guiris, el Buffett del hotel, los performance, Pachá, Amnesia….., por fin, algo agradable, ¡!! Ruta de Montanbike¡¡¡¡
Fui a la tienda de Mamouth en Ibiza y alquilé una bici.
La primera sorpresa, fue al ver la bici que me dejaron. Para compensar un pequeño retraso, me vi montado en una Mérida Multivan, doble y de carbono, con XTR y otras lindezas.
 Lo primero que pensé, : “demasiado pan para tan poco chorizo“ ( el  chorizo soy yo, claro ).
Me dicen que la adapte a mi gusto y que la pruebe. Ajusto el sillín, las calas y …  a rodar. Aquí flipé en colores, ¡!! No tenía palancas de cambios¡¡¡¡
Pensé que había encontrado la bici automática, y que ella sola subiría piñones cuando viera que la cadencia de mi pedaleo era patética. También pensé llamar a Mani para que me ayudara con mis dudas de regular la horquilla y el amortiguador, pero preferí salir del apuro yo solo.
Bromas aparte, ¡!!! Que rápido se acostumbra uno a lo bueno¡¡¡¡. En seguida, los cambios iban como la seda, la horquilla absorbía cada piedra, y el amortiguador hacía mas fáciles las bacheadas bajadas. En las subidas, el “peso” del carbono, se notaba y mucho, así, que con una sonrisa de oreja a oreja, empecé mi ruta por la isla en compañía de Elías, un chico muy agradable y conocedor de cada rincón de la isla.
Salimos de San Antonio, con algún que otro guiri durmiendo “la mona” en la playa y en los bancos del paseo marítimo, y al poco dejamos el asfalto y empezamos una pequeña subida en medio de pinares y casas típicas de los payeses. La subida no era muy dura, pero el calor asfixiante, el polvo del camino y las piedras sueltas, endurecían la ruta y hacían que el sudor corriera a raudales.
Llegamos a un claro del bosque y solo podías ver árboles y más árboles hasta el horizonte. Trialera entre pinos, con alguna curva chunga y raíces y piedras que la hacían un poco peligrosa, pero gracias a la bici (que no a mi técnica), llegué abajo sano y salvo, después de haberme permitido algún que otro saltito que disfruté como un enano. Ahora ya no me asustan las bajadas de Yeloqu´hay, ¡!! La bici lo hace todo¡¡¡
Tras pasar varias subidas y bajadas entre una naturaleza impresionante, pequeños caminos esquivando pinos y carrascos, llegamos a la zona de la costa.
El paisaje cambió radicalmente, la sombra desapareció y dejó paso a una brisa muy agradable y al sol típico de la isla y a unas vistas al mar impresionantes. Fuimos recorriendo varias calas, a cual mas bonita, cala Roja, Playas de Comte, Cala Codolar , donde se agradeció la ligereza de la bici al cargarla al hombro para subir unas escaleras, cala Bassa, una de las elegidas por los famosos que visitan la isla, y así, un montón más, algunas solo accesibles desde el agua.
Pude ver alguna de las casetas, escavadas en las rocas y al ras del mar, donde los antiguos  pescadores  guardaban sus barcas y hasta vivían. También llaman la atención las torres de vigilancia que rodean toda la isla y que antaño servían para defenderse de los intrusos.
Después, un pequeño sube y baja nos volvió a llevar hasta San Antonio donde recorrimos el paseo Marítimo, y pasamos frente al famoso Café del Mar, con sus gradas para ver la puesta de sol.
Unos 30 km muy entretenidos que me hicieron conocer una parte desconocida de la isla.
Un soleado saludo a todos                             WILLY


3 comentarios:

  1. Que poca vergüenza tienes Willy, ponerle los cuernos a "La nenina" y en cima en público.
    Como te los montas, tu si que sabes, Willy for president.

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  2. no llevé a la Nenina porque estaba castigada sin vacaciones. Los que en las rutas hablais de crios ya me entendeis. La mía suspendió en fiabilidad, y me trajo en las notas, seis pinchazos en un mes, así que no hay vacaciones.

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