II Maratón del Sella

 

Este domingo 10 de Abril de 2011, lo teníamos marcado en la agenda  algunos repechinos para ir a Ribadesella, y poder disfrutar de nuestro hobbie. Nos las prometíamos muy felices pero nada más despertar y ver el día se nos cayó la moral por los suelos, y es que el cielo estaba totalmente encapotado y bastante negro.

Nos levantamos a eso de las seis y media de la mañana, bueno alguno, y quedamos a las ocho menos cuarto en el parking del Eroski. Al llegar no encontré a nadie, pero pronto apareció Turonman y a continuación, Manny, Piti y Germano, tardaron un poquito más, ya sabéis en su línea. Nos chispeó un poco por el camino, y comentó alguno que si llovía volvía para casa, pero creo que lo decía con la boca pequeña, pues todos teníamos ganas de estar en la salida del maratón y ver como se nos daba la mañana.

Llegamos a Ribadesella, y rápido encontramos sitio para aparcar, donde siempre, en el pabellón para poder ducharnos después cuando terminásemos, allí estaba Güel, el amigo “invisible” de Manny, que nos hizo una foto del grupete, como siempre reinaban las risas propias del nerviosismo previo a la prueba.

A las diez en punto de la mañana, se dio la salida y pronto nos separamos, antes del kilómetro diez ya vagábamos como uno por nuestro lado, por delante Turonman, a continuación Manny seguido de cerca por el menda, y detrás Piti y Germano, quedándose con un colega que hicieron, el cual no le gustaba mucho que lo adelantasen. Aquí he de comentar que Manny hizo la Cueva a mil por hora, me costaba seguirlo, y no veía nada, después me comento que no veía el peligro jajajaja.

A un tercio de la prueba nos unimos Manny, y yo, y continuamos hasta la subida al Fito, más bien tirando de mí porque atravesé un mal rato, en el que tuve que parar y tomarme una epocompota, de esas que toma Oscarín para salir a la senda del Peñafrancia.

Antes de trasvasar la carretera del Fito, en donde comenzaban las rampas más duras nos encontramos con un viejo rokero, Santi o fiel escudero, me alegré mucho de verle, y le comentamos que a ver si se dejaba ver los domingos. Nos comentó que estaba muy bajo de forma, pero que se lo pensaría, aunque le dijimos que estábamos todos más o menos.

Una vez que coronamos Manny me dijo que prefería tirarse a tumba abierta y hacer el descenso sólo, así que nos separamos. Al momento, pegué con la visera del casco en el suelo, y es que parece que, últimamente, no hago otra cosa que besar el suelo. Me salí de la trazada y salí por las orejas, como había mucha piedra me hice bastante daño en una rodilla, pero no me impidió continuar.

Cuando llegué al mirador del Fito, esperé por Manny un ratito, pero hacía bastante frio, y decidí continuar.

Tras la bajada a Playa de Vega me encontré con un chaval de una peña ciclista de  Candás, comenzó a rodar en bici en diciembre, y pesé a los calambres que me comentaba estaba entero, y estaba apuntado al Soplao, me dijo que le animaron sus amigos para ir, y es que hay cada cabrón…Le intenté animar y le comenté que el Soplao no tenía nada que ver con esto, le daban escalofríos pensar que con el Maratón del Sella había hecho un tercio del Soplao.

Tras el último repechín de la jornada estaba en el paseo marítimo, en el que creo que todos echamos el resto para terminar.

En la meta me encontré con los hermanos conocidos de Oscarín y Santi que nos acompañaron el año pasado al Soplao,  me dijeron que este año vuelven a intentarlo. Allí también estaba Santi, el cual, me comentó que hacía bastante rato había llegado Turonman,  mientras hablaba con él, llegó Manny, recogimos la comida y nos fuimos al pabellón para lavar la bici y ducharnos.

Allí estaba Turonman, con la cara del deber cumplido, y con la bici reluciente.

Güel ya se había marchado para ver a su Racing, para al final empatar pero bueno..jejejeje.

Piti y German, dos repechinos de elite llegaron un poco más tarde.

Decidimos ir a tomar un coffee a la estación de servicio de Colunga, en donde había un frente de juventudes, comentamos nuestras andanzas, que si en el prao Piti lo dio todo y estuvo a punto de irse al suelo, que si Manny y yo, casi éramos incapaces de bajarlo andando, que si Germano se topó  con el suelo, que si Manny sólo adelantaba a gente subiendo, que si a mí me pasaban subiendo y bajando, en definitiva un día cargado de sensaciones aptas para todos los públicos, y desde aquí animo a más repechinos a apuntarse a estas pruebas.