miércoles, 6 de abril de 2011

CÓMO HABLAR PARA NO CICLISTAS

El siguiente texto está extraído (cortado y pegado) de la página http://www.rodadas.net
Es una entrada que a sugerencia de Jose Luis (Desdelpicu),  paso a compartir con todos vosotros.

El hecho de que estés leyendo esto me dice todo lo que necesito saber sobre ti: eres un ciclista. Yo también. Por tanto, ambos sabemos qué es lo verdaderamente importante en la vida (montar en bici). Vemos el mundo como lo que relamente es (un sitio para montar en bici). Si alguien nos preguntara “¿Qué harias con un millón de euros?” nuestras respuestas variarían algo dependiendo de qué equipo consideraríamos importante comprar y por qué zona del mundo querríamos recorrer en bici, pero poco más. Si tuviéramos una conversación enseguida nos comprenderíamos. Quizá a ti te vaya la carretera y yo sea un freeki del descenso, pero ambos sabemos que el sonido de las ruedas al girar es nuestra forma de expresarnos.
Es una pena, pero no todo el mundo es como nosotros. Me entristece admitirlo, pero hay gente que jamás monta en bici. Quizá conozcas a alguien así. Un compañero de trabajo. Un familiar. Te sorprendería la cantidad de gente que en el mundo que jamás ha montado en bici. Puede que incluso te cruces con ellos diariamente pero no les hayas prestado atención. Es normal: no son demasiado interesantes.
La mayor parte del tiempo puedes ignorar a ese tipo de gente simplemente pedaleando más rápido. A veces, sin embargo, en la cena de la empresa por ejemplo, es imposible esquivar a los no-ciclistas. No tienes otra opción que comunicarte con ellos. No te preocupes. Te podemos ayudar. Simplemente sigue estas cinco sencillas reglas:

Regla número 1: Comprende su forma de ver el mundo

Tienes que entender que los no-ciclistas no se dan cuenta de que montar en bici es lo más importante que se puede hacer. Los ojos y la mente de un no-ciclista están cerrados y creen que cosas como sus amigos, su pueblo, el trabajo o la familia son más importantes que eso que llaman despectivamente “hacer algo de ejercicio”. Es triste –vale, es patético– pero es cierto.
Cuando un no-ciclista te pregunta por las cosas que te interesan, debes mencionar de vez en cuando a tus colegas, la familia, el medio ambiente y tonterias por el estilo. De otra forma nunca te dejarán en paz y pasarán horas hasta que puedas escapar de sus preguntas y volver a la paz y tranquilidad que sientes cuando estás encima de tu velocípedo.

Regla número 2: Utiliza metáforas de la “vida real”

Los no ciclistas no están preparados para escuchar como de perfecta es la vida cuando estás en el sillín. Nop, tendrás que traducir esa sublime experiencia a términos que puedan comprender. Naturalmente tú y yo sabemos que las metáforas no hacen justicia a lo que de verdad se siente cuando uno está sobre una bici, pero para un no-ciclista, las métaforas tendrán que bastar.
  • Para describir la sensación de cruzar un bosque en otoño, por una sinuosa comarcal sin coches y perfectamente pavimentada: “Es como la escena esa del Retorno del Jedi, donde Luke y Leia van a toda velocidad a través de un bosque en una motocicleta voladora. La diferencia es que lo que mueve la moto voladora son tus piernas y que no te persiguen los soldados imperiales. Y que no tienes que aguantar la charleta de los Ewoks”
  • Para explicar por qué te levantarías a las 4:30 de la mañana entre semana para poder montar en tu bici durante tres horas por carreteras locales sin ningún interés: “¿Sabes vienes en coche a trabajar por la mañana y te quedas atascado en una caravana? Bueno, pues imagina que no existieran atascos para tí. E imagina que tu coche va a lo que da. E imagina que empiezas el día sintiéndote genial. Es algo así como eso.”
  • Para explicar por qué pagarías para participar en una marcha cicloturista que tienes pocas posibilidades de ganar: “Alguna vez has jugado a la lotería? Es algo así, solo que mucho mucho mejor.”

Regla número 3: Haz ver que estás interesado en su vida

Esto te puede dejar alucinado, pero es completamente cierto: aunque parezca mentira los no-ciclistas a veces piensan que tienen algo que decir como un hobbie interesante o una anécdota que merece la pena contar.
Esto por supuesto es una tonteria.
Pero para respetar las formas debes actuar como si te importara. Mientras hablan puedes soñar despierto con tu próxima salida en bici. Sonríe y di “por supuesto” de vez en cuando.
ATENCIÓN: Es muy posible que un no ciclista diga algo con lo que no estés de acuerdo. Cuando ocurra no entres al trapo. Si lo haces, le darás pie para alargar la conversación no-ciclista y nadie sabe cómo puede acabar eso, si es que acaba.
Recuerda: sé educado, sé breve y lárgate cuando puedas.

Regla número 4. Actúa como si su teoría sobre dopaje fuera muy interesante

Una táctica que los no ciclistas utilizarán cuando descubran que te va la bici es intentar hablar contigo sobre ciclismo. Lo cual derivará, casi inevitablemente, hacia el dopaje.
Probablemente preferirías arrancarte las orejas que escuchar otro punto de vista simplista y poco informado (“el dopaje es malo”). Seguro que como ciclista habrás oido miles de historias de doping. Tantas que podrías ser llamado como experto en el próximo juicio sobre el tema. O podrías abrir un laboratorio. O podrías ser el próximo presidente de la federación de ciclismo (y seguro que lo harías mucho mejor que el actual).
Pero si mencionas cualquiera de estas ideas a tu “colega”, lo tomaría como una muestra de que el tema te interesa y querría continuar con la conversación. Así que lo mejor que puedes hacer es decir “sí, el dopaje es un asco” y tu amigo sentirá que has comprendido lo que quería decir, lo que fuera que quisiera decir.

Regla número 5: No les digas cuanto ha costado tu bici en realidad

Muy poca gente jamás tendrá algo que funciona, encaja o tiene el aspecto de una bici bien hecha. Y aunque tu bici cueste más o menos lo que su ordenador último modelo o su super-equipo de música seguro que cuando les digas lo que pagaste por ella fingirán un ataque al corazón.
La solución es sencilla. Diles que pagaste 400 euros por tu bici, costara lo que costara. Esta demostrado científicamente que 400 euros es la cifra que un no-ciclista medio considera que vale un velocípedo.
Da igual lo mucho que lo intentes, no siempre puedes esquivar a los no-ciclistas. Todo lo que puedes intentar hacer es minimizar tu relación con ellos para volver a lo importante.
Creo que ambos sabemos de qué se trata
¡Pasen un estupendo fin de semana!

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