martes, 15 de noviembre de 2011

EN OCASIONES VEO CUESTES…

Haciendo un símil con el comentario de una película de Bruce Willys : “en ocasiones, veo muertos…”, cuando yo salgo con los Repechinos, “ EN OCASIONES, VEO CUESTES “.
Tengo la suerte de conocer muchos lugares de muchos países, y cada uno tiene su magia y sus lugares de ensueño, sitios en los que estás rodeado de naturaleza en muchos kilómetros a la redonda y por donde sería una gozada perdernos con nuestras bicis.
Puedes perderte por Arcachón y sus dunas en Francia, entrar en la Selva Negra en Alemania o flipar con los fiordos y las cascadas de Noruega, pero creo que en Asturias no tenemos nada que envidiar a ningún lugar del Mundo.
No sé si será el mejor sitio para vivir, pero seguro que no quedamos atrás al compararnos con nadie, y sobre todo, para disfrutar nuestra afición, el Montan bike.















En cuanto sales de casa, al poco tiempo, ya estás en medio de la naturaleza, rodeado de verdes prados y preciosa vegetación.
Pero no todo es de color “verde”, también enseguida nos encontramos con “ zonas negras”, nuestras amigas las cuestas.
Cuatro pedaladas por la senda de la Camocha, y ya estamos subiendo al Picul´sol, o paseamos junto al río Peñafrancia y sin darnos cuenta estamos subiendo el Mortirolo;
Vayamos por donde vayamos, estamos siempre buscando cuestas y queriendo llegar a ese repechín que queremos subir un poco mejor que la vez anterior, intentar llegar lo más alto posible con un piñón más pequeño o “ pelearnos” con nuestros compañeros de ruta para que no nos dejen de rueda o dejarlos nosotros a ellos.
Siempre estamos buscado , como en el circo, el más difícil todavía. Si un día subimos un repechu del 20%, enseguida buscamos otro que tenga el 25, y no paramos hasta encontrar uno con el 30.
Si nos parece chungo subir al Fariu, enseguida buscamos algo peor, como la cuesta de Aboño, cuando ya la vemos “asequible”, buscamos algo como el Mortirolo, o no paramos hasta descubrir la Cuesta del Tiro, y como cada Repechín en sus clandestinas busca dejar a sus compañeros con buen sabor de boca cada domingo, aparecen “sitios con encanto”, como el Mortirolo por detrás.
Todo esto es lo que nos hace volver a casa con cansancio en las piernas, dolor en los riñones y con los hombros y las muñecas cargados, pero todo esto queda tapado por la gran sonrisa que traemos en nuestras caras, una sonrisa que nos llega de oreja a oreja y que nos durará hasta la próxima salida Repechinera.
Salir a disfrutar una ruta con los Repechinos por los alrededores de Gijón y sus cuestes, es sin duda una de las cosas con las que más vas a disfrutar.
Sin duda, vivimos en una Paraíso Natural, disfrutémoslo y cuidémoslo para que los que vengan detrás puedan seguir disfrutando de nuestras caleyas y de nuestras grandes amigas LAS CUESTAS.
 

                                                                                   WILLY

3 comentarios:

  1. Como todo en esta vida depende del color del cristal por donde se mira, donde algunos ven cuestes yo solo veo falsos llanos, voy a tener que graduarme la vista.

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  2. "Otres" ven penes donde algunes ven alegríes. Debes Ser lo que dices Sargento tienen que graduarse la vista.

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  3. ¡Vivan les cuestes!... pero pa abajo.

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