domingo, 28 de diciembre de 2014

Genio, figura, bombero y repechín dominguero

José Manuel Rubiera se jubila después de 34 años en el Servicio de Extinción de Incendios del Ayuntamiento
Genio, figura y bombero
«Este es un trabajo muy duro, pero los nuevos materiales han mejorado las condiciones; cuando yo entré usábamos trajes de algodón y mascarillas»
«Digo las cosas muy claras y eso a no todo el mundo le gusta». Rubiera avisa, pero lo cierto es que este referente del parque de bomberos salió el lunes de su último turno en Roces por la puerta grande, rumbo a su jubilación, mientras sus compañeros hacían sonar todas las sirenas como señal de respeto y de tributo a los 34 años que ha llevado las botas puestas. No tiene pelos en la lengua –«en la cabeza tampoco», abunda mordaz– y por eso explica que ha decidido salir en el periódico «no por protagonismo personal, sino para reivindicar más medios y personal para los bomberos, los grandes desconocidos y los que a diario se juegan la vida en la calle». Precisamente ahí, en la calle, ha estado él hasta el final. 

Su último servicio fue en el operativo de búsqueda de una chica de 34 años que se tiró desde el Cerro de Santa Catalina. «Cuando hay gente joven por el medio, las intervenciones se hacen más duras, pero hay que tomar distancia y pensar con la cabeza fría, si no, sería imposible trabajar...», dice, recordando una de sus vivencias más difíciles, que no se ha podido quitar de la retina, la del rescate en 1998 de una niña de cinco años de su domicilio de la calle Jesús, incendiado por una vela que suplía la falta de corriente eléctrica. «La saqué en brazos con vida, pero la prubina no aguantó», lamenta

«Hubo veces también que talmente parecía que estábamos viviendo dentro de una escena de Gila, como el día que estaba subido en la autoescalera con la manguera apagando un fuego en un piso y de pronto escucho por detrás a voces: ‘Joseeee, Joseeee, ten cuidao fiu’. Era mi madre desde la ventana», recuerda con gracia. O el año que quedaron vencedores en el concurso de charangas con una carroza reivindicativa de un enconado conflicto laboral con el Ayuntamiento hace dos décadas. 

Anécdotas y percances 

Anécdotas muchas. Y percances, alguno. Muestra de ello son las cicatrices que luce en las manos.Pero eso prefiere pasarlo por alto. «Este es un trabajo muy difícil, pero es verdad que los últimos años los medios han mejorado las condiciones para desempeñarlo, cuando yo entré aquí en 1981 teníamos un traje de algodón y una mascarilla para entrar a los incendios. Más tarde fueron llegando los equipos, primero rudimentarios y luego más sofisticados», explica. Aunque el material es ahora más avanzado, a su juicio, «falta personal». «Hay menos de 90 bomberos para atender una ciudad que cada día es más grande. Hace unos cinco años que el Ayuntamiento no convoca plazas y son muy necesarias porque cada vez hay una plantilla más reducida con todas las jubilaciones, así que desde aquí aprovecho para pedir a las autoridades que apuesten por los bomberos, que aunque hagamos un trabajo silencioso, es imprescindible», reclama. 
Segundo de abajo por la izquierda
Y eso que José Manuel Rubiera González no iba para bombero. «Viví toda la vida junto al antiguo parque de la calle San José, pero vocación, lo que se dice vocación, tampoco tenía mucha. Trabajaba en la empresa Adaro y después de tres años me quedé en paro por una crisis muy gorda que hubo, así que me planteé prepararme para bombero porque era un trabajo fijo. Al final, después de 34 años aquí, no me imagino habiendo sido otra cosa», comenta. Sus compañeros tampoco. Su jubilación a los 59 deja un vacío en el turno 2 y él, aunque tira de socarronería, también les echará de menos. A ellos y a Beltza, la veterana mascota del parque. «Esta nos entierra a todos», dice. 

No se ha llevado a casa ni su ropa de trabajo –«se la di a los compañeros», afirma–, pero sí innumerables vivencias. Buenas y malas. Como el duro trago que hace nueve años golpeó a la curtida plantilla con la muerte de dos compañeros en un accidente de tráfico en Fano cuando acudían a sofocar un incendio. «Hay que quedarse con lo bueno, que la vida son dos días, eso sí, esos dos días hay que pasarlos lo mejor posible». Porque así es Rubiera: genio y figura, pero sobre todo, bombero.  Fuente el comercio
Nosotros añadimos también, Repechín y buen compañero. 
Disfruta de la merecida jubilación.



5 comentarios:

  1. Gracies a todos,os agradezco que os hayais acordado.Cuando estuve jodidu,me ayudasteis mucho con vuestro apoyo y eso se agradece y no se olvida.

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  2. La sección de Jubilados de BttRepechín va creciendo.No se si será bueno o malo,yo me inclino mas por lo primero.
    Hala Cuerpo ahora a disfrutar y a vivir la vida

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  3. Ahora ties tiempu pa ponete como un atleta con la bici güelu.
    Un abrazo

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  4. No te preocupes Rubi, ya verás como no te aburres, ya te llamo yo pa ir a vigilar Unes obres que tan haciendo por Gijón. Jejejejeke
    Cuidate. Nos vemos. Willy

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  5. Que lo disfrutes muchos años.

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