viernes, 24 de abril de 2015

LUCHA CONTRA LOS INFIELES (Capítulo II)

Y así, al alba, se encontraban Lynux y Willy en el punto de encuentro acordado. Puntuales llegaron el Sargento y Maese Pedro, que quería congraciarse con el Playu, temeroso de que éste le hubiera reconocido en la escaramuza de la noche anterior.


La ruta discurría alegre, y por terrenos conocidos, el Valle de Aboño, y las grandes fundiciones de espadas de Aceralia vieron a nuestros valientes Repechinos dirigirse a un futuro incierto.


Emboscados en un recodo del camino aparecieron, Motores, el Fogonero Mayor, del barco de Su Majestad y el grumete Josete, que esperaban alguna presa fácil para incrementar su patrimonio económico, pero al ver que los que aparecieron no eran incautos globeros, quitaron las bufandas que cubrían sus rostros y pusieron una sonrisa en sus caras y decidieron acompañar a la tropa unas cuantas leguas.





En las inmediaciones de la Posada de Montico, el grupo se separó en dos grupos de tres. Uno con el Sargento, Willy y Lynux, que seguían a cumplir la misión que tenían encomendada, y en otro Pedro, Motores y Josete que volvieron sobre sus pasos hacia la comodidad de la ciudad, no sin poder evitar una mirada de reojo del jefe del grupo y un “¡¡¡gallinas!!!” que salió de sus labios.

El reconocimiento de la zona encomendada al Sargento, comenzó en las Caballerizas de El Asturcón, y bordeando el rio Nora el terreno se volvía cada vez más hostil.



Las primeras escaramuzas surgieron nada más abandonar el cauce del rio, y las peleas con los insurrectos ya se hicieron patentes.




Alguna vez los dos soldados tuvieron que bajar de sus monturas ante las duras peleas en las que se embarcaban, eso sí bajo la dura mirada de desaprobación del Sargento. En ningún momento dieron un paso atrás, siempre adelante y con determinación y esfuerzo conquistaron el Alto de Santufirme haciendo retroceder a los bellacos que trataban de impedir su avance.


 


Una vez en el alto, y con el Naranco a la vista, dejaron descansar sus monturas y repusieron fuerzas.
Pero ante la orden del Sargento de:
    - Nos vamos, atacaremos por donde menos se lo esperan, subiremos al Alto de los Cuatro Vientos y aunque la ruta será más larga y dura, nuestra victoria será más dulce.
Porque….. ¿hay alguna duda de que vamos a hacer retroceder a esos bellacos del Lado Oscuro hasta los límites de nuestro reino?

El grito de “ SEÑOR, NO, SEÑOR”, retumbó en todo el valle y el descenso hacia Llanera fue un visto y no visto, pese a la dificultad que el camino entrañaba.

Ya los insurrectos corrían desperdigados por la explanada donde aterrizaban los dirigibles y tras un breve reconocimiento de la zona, los tres osados soldados empezaron el asalto al Monte de los Cuatro Vientos.


La subida para conquistar la cota marcada, fue más dura de lo esperado. La diferencia en número entre los defensores y los atacantes era terrible.

Las lluvias de piedras de las catapultas de los insurrectos casi bloqueaban el camino de los atacantes Repechinos y dificultaban y mucho su ascenso, pero inasequibes al desaliento y unas veces pie a tierra esquivando las grandes rocas, y otras dejándose los riñones para no descabalgar, fueron ganando metro a metro la cumbre.

Viendo que el avance de los fieros atacantes no decaía, las fuerzas del Oscuro empezaron a retroceder de su elevada posición, y la última zona para coronar Cuatro Vientos, ya fue más fácil para nuestros amigos, que ahora luchaban más con el fuerte viento que contra el enemigo.


Una vez tomada y limpia de herejes la cota, el asalto al Naranco ya fue coser y cantar, aunque por orden del Sargento rodearon el monte, tomando el camino más largo y cogiendo por sorpresa a los pocos que lo defendían.

Cual si los Dioses se hubieran aliado contra los Repechinos, y la llegada al Alto del Naranco no hubiera sido suficiente, un fortísimo viento trajo negras nubes que rodeaban a nuestros amigos, y que llenaban de agua la antigua ciudad de Ovetus que nuestros amigos tenían a sus pies.
A la orden del Sargento de :
-    Hay que limpiar de rebeldes la falda del monte, así que cagando leches , nos vamos a por los rezagados! Tenemos que comenzar una nueva Reconquista!!!

Y al grito de ¡¡¡¡¡REPECHINOS!!!!!  Y lanzando piedras cual Pelayo en Covadonga, espoleó su jaca y puso en fuga los pocos resistentes que quedaban.


Willy y Lynux envalentonados por el coraje de su jefe, sacaron fuerzas de flaqueza, clavaron espuelas a  sus monturas y se lanzaron a tumba abierta tras los pocos seguidores del Lado Oscuro que quedaban, no encontrando rastro alguno de ellos hasta el poblado de La Corredoria y dejando todo el terreno despejado hasta la vecina  Lugonia.

 
Una vez allí, tomaron aliento al resguardo de una cuadra, pero el agua y el viento les atacaba sin descanso, y viendo que no había rastro alguno del enemigo, decidieron volver a Gigia a descansar de tan gran aventura.

Lynux y Willy se tomaron la tarde libre, la noche y el día siguiente, pero al Sargento le quedaba la mala experiencia de acompañar a Yeloquehay a dar novedades a Fray Desdelpicu Bocanegra.


Antes de que el sol se pusiera tras el Picu, los dos se encontraban en una sala oscura y fría, en la cual, tras una gran mesa de roble y alumbrado por una vela y dos candiles, se encontraba el temido Bocanegra.

    - Cuál es el resultado de la batalla?

Preguntó Desdelpicu. Los dos visitantes se miraron de reojo esperando que el otro contestara.

    - ¿No me oís bien?

Dijo con un susurro el barbudo y temido prior levantando levemente su mirada hacia los callados visitantes.
 
   - ¡¡¡¡Victoria Señor ¡!!!!

Fue la respuesta que los dos temerosos visitantes.
Un silencio que les pareció eterno dio paso a una mueca con la mano de su ilustrísima, anunciando que podían retirarse no sin antes un pequeño comentario de “No esperaba menos de vosotros”


Lo que ni Yeloquehay ni el Sargento Playu vieron, fue la maléfica sonrisa que apareció en la cara del superior.  Con el sudor recorriendo la espalda de Yeloquehay y bañando el rostro del Sargento Playu acabó la visita, y los dos se fueron, tapado uno con el gorro de su habito y el otro con su capa, desapareciendo en la oscuridad de la noche.      

WILLY




6 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡mira pa ahi oh!!!!
    Si casi llegamos a Zamora!!!!
    Playu, vende el gepesin.
    Vaya curva, con lo cerca que ta Oviedo y anduvimios 60 km pa llegar.
    Estos repechinos tan muy mal jejejeje

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    1. Willy coño era para pillar a los del Lado oscuro por la retaguardia, como se nota que sabes poco de estrategia militar.estas vivu de miagru y todo gracias a la táctica bélica que tantos años estuve estudiando de Atila

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  2. Arturin Alatriste al tu lao, un mindundi, willy. ¡Estas que lo desbordas¡

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  3. Jaja tu si que yes un fenómeno Willy.Una placer compartir aventuras "bélicas" con vuesas mercedes, espero volver a contar pronto con vuecencia para y con alguna merced mas para conquistas de mayor altura
    Habrá que pensar en invadir alguna región limítrofe por lo menos

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  4. se os ve felices esperando el tren.

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