martes, 2 de abril de 2013

Alae II Asturum



Partimos poco después del amanecer. Tras varios días de abundante lluvia el sol lucía en el cielo. Desde diferentes aldeas en  los alrededores de Noega, nos acercamos  a la muralla que se estaba construyendo rodeando la incipiente Gigia, justo en donde la marea alta inunda el pedazo de tierra convirtiendo la península en una pequeña isla. 

Allí  nos reunimos Petrus Communicationes, Marco Navicula, Petrus Lapis y yo, Ioseph Est Quid Est. También estaba  Ioseph Desde Montum, recién recuperado de sus  heridas; nos alegró verlo de nuevo sobre su montura aunque todavía con ligeras secuelas tras ser descabalgado por un caballo desbocado.
 El trotar de nuestras cabalgaduras nos llevó prontamente hasta la confluencia de los ríos Piles y Petra Franca donde nos esperaba Carolus Parva Manus. Tras una breve espera por algún rezagado que finalmente no apareció continuamos camino para encontrarnos con Piti Lapis y Alexander Juncaceae en el milenario bosque de Tragamón.
Ya el grupo estaba al completo, bravos guerreros Luggones de la gens de los Cilurnigos, veteranos de las guerras cántabras.  Nos habíamos alistado en la caballería auxiliar del ejército romano  y recibido adiestramiento en  la Legio X Gemina. Tras una breve estancia en nuestras aldeas para despedirnos de las familias, nos dirigíamos a Bremetenacum, a los pies de la muralla de Adriano en Britania, formábamos parte, junto a otros veinte guerreros, de una de las  dieciséis turmas  del Ala II de los Astures. Todo por apenas doscientos denarios y la promesa de ser ciudadanos libres de Roma si sobrevivíamos a veinte años de servicio en las legiones combatiendo en los confines del imperio.
El camino no era fácil. Aunque la zona llevaba ya años sometida y pacificada, aunque los ingenieros romanos habían diseñado  y sus esclavos, muchos de ellos de nuestro propio pueblo,  construido imponentes calzadas para comunicar las más importantes ciudades, nuestra ruta transcurría por abruptos terrenos apenas civilizados, descarnados por las incesantes  lluvias de este largo invierno.  Comenzamos ascendiendo hacia el monte consagrado a la diosa  Deva por la senda que los romanos habían bautizado como “Cacareenjupiter”. Algunos subíamos hablando, espantando la tristeza que nos producía el tal vez haber visto a nuestras  familias por última vez. Nuestro paso era más lento que los que iban en cabeza. Petrus Lapis y Parva Manus retrocedieron  a buscarnos, para que azuzáramos a nuestros asturcones y dejáramos la charla. La reprimenda no le cayó en saco roto a  Alexader Juncaceae, que por lo bajo me decía que otro gallo cantaría cuando el camino fuera hacia abajo.



Una vez en lo alto del monte sagrado descendimos hacia el abrevadero que da comienzo al camino que sube hacia IV Iudices. Apenas unos instantes para saciar la sed de nuestras monturas y continuamos ascendiendo de nuevo en esa dirección. En lo alto, en el cruce de caminos desechamos dirigirnos hacia el Domum Nobilis. 


Cedimos la decisión de que ruta a seguir a Alexander que con su destreza, propia de un decurión experimentado,  nos fue llevando por trochas inhóspitas que descendían hacia la aldea de Fonsfrigum. A nuestro paso salían ahuyentados algunos corzos, no intentamos darles caza, todavía era reciente nuestra partida y las provisiones estabas intactas, aunque el instinto depredador afloraba en alguno de nosotros.

En uno de esos descensos Parva Manus se retrasó.  Su montura, imbatible cuando los caminos se empinan era más torpe sin embargo al bajar por los empedrados senderos. Aprovechó Alexander para devolverle la afrenta recibida mientras subíamos a Deva, indicándole que había que hablar menos. La contestación no se hizo esperar por parte de Carolus, mente ágil donde las haya, y con su característica ironía le contestó que sí, que iba hablando, para consigo mismo, acordándose de la familia de Alexander por habernos metido por esos caminos de cabras. La carcajada fue general entre el grupo. Los buenos humores fueron bien recibidos, las risas traen buenos augurios.


Según nos íbamos alejando sentíamos en nuestro fuero interno que traicionábamos a nuestro propio pueblo poniéndonos al servicio del invasor. Aventurar nuestras vidas luchando contra otras tribus lejanas que sufrirían igual que habíamos sufrido nosotros la vergüenza del sometimiento. Ya en el valle decidimos regresar, volver con los nuestros y vivir según nuestras propias costumbres. Roma no merecía ni una gota de nuestra sangre ni una lagrima de nuestras familias. El Imperio no era nuestro imperio.





Con la conciencia tranquila el regreso fue algo más sereno. Ascendimos desde Peonius siguiendo la calzada hacia Curbiellus.  Nos desviamos para descender ahora por estrechas veredas, entre el bosque, con un trazado peculiar para que los caballos pudieran realizar los giros mas ágilmente y rampas en algunos lugares donde observamos como unos equinos saltaban dirigidos hábilmente por sus jinetes.  

Desde este punto desandamos el camino de nuevo por la orilla del Petra Franca para entrar de nuevo en Gigia, despedirnos y retornar cada uno a nuestros hogares.

Glosario:
Personajes:

Petrus Communicationes:   Pedro Tx
Marco Navicula:                    Marco Piragües
Petrus Lapis:                         Peter Stone
 Ioseph Est Quid Est:           Jose Yeloquehay
Ioseph Desde Montum:       Jose Desde´l Picu
Carolus Parva Manus:         Carlos Manny Manitas
Piti Lapis:                              Piti Piedra
Alexander Juncaceae:         Alejandro Junquera (Janjun)

Lugares y datos geográficos:

Rio Petra Franca:                  rio Peña Francia
Cacareenjupiter:                    Mortirolo o Mecagonendios
IV Iudices:                               Cuatro Jueces
Domum Nobilis:                     Cabaña del Marqués
Fonsfrigum:                            Fonfría
Peonius:                                 Peón
Curbiellus:                              Curbiellu

3 comentarios:

  1. Normal que la crónica se hiciese esperar más que de costumbre, poco me parece para semejante despliegue de prosa y latinajos. El listón en cuanto a cronistas está por las nubes. Salve.

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  2. Mneos malus vos loco explicationibus sint instructae in fine quia si non est aliqua Repechín non scis te loquebatur.
    Chronic Magnifica.
    Quod erat posteador pseudorepechín mulieres vestimentis excasas cauillando, non adfuit vel non fuisse expectatur?

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  3. Jejejee muy buena la crónica. Vamos a tener que meter publicidad en el blog porque con este nivel nos van a tener más lectores que los libros de Harry Potter

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