Partimos
poco después del amanecer. Tras varios días de abundante lluvia el sol lucía en
el cielo. Desde diferentes aldeas en los
alrededores de Noega, nos acercamos a la
muralla que se estaba construyendo rodeando la incipiente Gigia, justo en donde
la marea alta inunda el pedazo de tierra convirtiendo la península en una
pequeña isla.
Allí nos reunimos Petrus
Communicationes, Marco Navicula, Petrus Lapis y yo, Ioseph Est Quid Est.
También estaba Ioseph Desde Montum,
recién recuperado de sus heridas; nos
alegró verlo de nuevo sobre su montura aunque todavía con ligeras secuelas tras
ser descabalgado por un caballo desbocado.
El trotar de nuestras cabalgaduras nos llevó
prontamente hasta la confluencia de los ríos Piles y Petra Franca donde nos
esperaba Carolus Parva Manus. Tras una breve espera por algún rezagado que
finalmente no apareció continuamos camino para encontrarnos con Piti Lapis y
Alexander Juncaceae en el milenario bosque de Tragamón.
Ya
el grupo estaba al completo, bravos guerreros Luggones de la gens de los
Cilurnigos, veteranos de las guerras cántabras.
Nos habíamos alistado en la caballería auxiliar del ejército romano y recibido adiestramiento en la Legio X Gemina. Tras una breve estancia en
nuestras aldeas para despedirnos de las familias, nos dirigíamos a
Bremetenacum, a los pies de la muralla de Adriano en Britania, formábamos
parte, junto a otros veinte guerreros, de una de las dieciséis turmas del Ala II de los Astures. Todo por apenas
doscientos denarios y la promesa de ser ciudadanos libres de Roma si
sobrevivíamos a veinte años de servicio en las legiones combatiendo en los
confines del imperio.
El
camino no era fácil. Aunque la zona llevaba ya años sometida y pacificada,
aunque los ingenieros romanos habían diseñado
y sus esclavos, muchos de ellos de nuestro propio pueblo, construido imponentes calzadas para comunicar
las más importantes ciudades, nuestra ruta transcurría por abruptos terrenos
apenas civilizados, descarnados por las incesantes lluvias de este largo invierno. Comenzamos ascendiendo hacia el monte
consagrado a la diosa Deva por la senda
que los romanos habían bautizado como “Cacareenjupiter”. Algunos subíamos
hablando, espantando la tristeza que nos producía el tal vez haber visto a
nuestras familias por última vez.
Nuestro paso era más lento que los que iban en cabeza. Petrus Lapis y Parva Manus
retrocedieron a buscarnos, para que
azuzáramos a nuestros asturcones y dejáramos la charla. La reprimenda no le
cayó en saco roto a Alexader Juncaceae,
que por lo bajo me decía que otro gallo cantaría cuando el camino fuera hacia
abajo.
Una
vez en lo alto del monte sagrado descendimos hacia el abrevadero que da
comienzo al camino que sube hacia IV Iudices. Apenas unos instantes para saciar
la sed de nuestras monturas y continuamos ascendiendo de nuevo en esa
dirección. En lo alto, en el cruce de caminos desechamos dirigirnos hacia el
Domum Nobilis.
Cedimos la decisión de que ruta a seguir a Alexander que con su
destreza, propia de un decurión experimentado,
nos fue llevando por trochas inhóspitas que descendían hacia la aldea de
Fonsfrigum. A nuestro paso salían ahuyentados algunos corzos, no intentamos
darles caza, todavía era reciente nuestra partida y las provisiones estabas
intactas, aunque el instinto depredador afloraba en alguno de nosotros.
En uno de esos descensos Parva Manus se
retrasó. Su montura, imbatible cuando
los caminos se empinan era más torpe sin embargo al bajar por los empedrados
senderos. Aprovechó Alexander para devolverle la afrenta recibida mientras
subíamos a Deva, indicándole que había que hablar menos. La contestación no se
hizo esperar por parte de Carolus, mente ágil donde las haya, y con su
característica ironía le contestó que sí, que iba hablando, para consigo mismo,
acordándose de la familia de Alexander por habernos metido por esos caminos de
cabras. La carcajada fue general entre el grupo. Los buenos humores fueron bien
recibidos, las risas traen buenos augurios.
Según nos íbamos alejando sentíamos en nuestro
fuero interno que traicionábamos a nuestro propio pueblo poniéndonos al
servicio del invasor. Aventurar nuestras vidas luchando contra otras tribus
lejanas que sufrirían igual que habíamos sufrido nosotros la vergüenza del
sometimiento. Ya en el valle decidimos regresar, volver con los nuestros y
vivir según nuestras propias costumbres. Roma no merecía ni una gota de nuestra
sangre ni una lagrima de nuestras familias. El Imperio no era nuestro imperio.
Con
la conciencia tranquila el regreso fue algo más sereno. Ascendimos desde
Peonius siguiendo la calzada hacia Curbiellus.
Nos desviamos para descender ahora por estrechas veredas, entre el
bosque, con un trazado peculiar para que los caballos pudieran realizar los
giros mas ágilmente y rampas en algunos lugares donde observamos como unos
equinos saltaban dirigidos hábilmente por sus jinetes.
Desde este punto desandamos el camino de nuevo por la orilla del Petra Franca para entrar de nuevo en Gigia, despedirnos y retornar cada uno a nuestros hogares.
Desde este punto desandamos el camino de nuevo por la orilla del Petra Franca para entrar de nuevo en Gigia, despedirnos y retornar cada uno a nuestros hogares.
Glosario:
Personajes:
Petrus
Communicationes: Pedro Tx
Marco
Navicula: Marco
Piragües
Petrus
Lapis: Peter
Stone
Ioseph Est Quid Est: Jose Yeloquehay
Ioseph
Desde Montum: Jose
Desde´l Picu
Carolus
Parva Manus: Carlos
Manny Manitas
Piti
Lapis: Piti
Piedra
Alexander
Juncaceae: Alejandro
Junquera (Janjun)
Lugares
y datos geográficos:
Rio
Petra Franca: rio Peña
Francia
Cacareenjupiter:
Mortirolo o
Mecagonendios
IV
Iudices: Cuatro
Jueces
Domum
Nobilis: Cabaña del
Marqués
Fonsfrigum: Fonfría
Peonius: Peón
Curbiellus: Curbiellu
Normal que la crónica se hiciese esperar más que de costumbre, poco me parece para semejante despliegue de prosa y latinajos. El listón en cuanto a cronistas está por las nubes. Salve.
ResponderEliminarMneos malus vos loco explicationibus sint instructae in fine quia si non est aliqua Repechín non scis te loquebatur.
ResponderEliminarChronic Magnifica.
Quod erat posteador pseudorepechín mulieres vestimentis excasas cauillando, non adfuit vel non fuisse expectatur?
Jejejee muy buena la crónica. Vamos a tener que meter publicidad en el blog porque con este nivel nos van a tener más lectores que los libros de Harry Potter
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