Cinco de la mañana en la
Residencia Geriátrica Nuestra Señora de la Santa Trialera.
En la habitación 34, el
abuelo Trasmi se levanta “rápidamente” para bajar al jardín y coger un par de
limones para hacer limonada energética.
Suena un despertador y Willy
abre un ojo. Recién incorporado a la “elite” de los “Septuagenarios” de la
residencia, ya se toma las cosas con calma, bueno, con más calma que cuando era
más joven, y eso que parecía imposible.
El Padre Yeloquehay, ya
peina canas, pocas, pero alguna le queda, las “supervivientes” de sus Retiros espirituales por la Riboira Sacra con
sus compañeros de la Residencia en sus años mozos.
Ya lleva varias horas
levantado, desde los “maitines”, y sus viejos huesos ya empiezan a pedir un
descanso.
La habitación de Turonman
estaba vacía. No había celador que pudiera con él. En cuanto se apagaban las
luces, cogía su multiherramienta y bajaba al almacén donde ponía al día y
ajustaba todas las sillas de ruedas y los andadores.
El día anterior Willy había
intentado cambiar un fusible al motor de elevar la cama y se había cargado los
plomos de toda la residencia y el motor de la cama, y Turonman había pasado la
noche reparando la avería.
Un “jovenzuelo” a punto de
entrar en el “Club de los 70”, Kike, era el “azote” de la Residencia.
Siempre repetía las mismas
batallas de cuando era joven a sus compañeros :
-A mí, de chaval, me
llamaban Kike de la Jungla, porque era una fiera.
- Si, y ahora también te
llamamos así, porque roncas como un verdadero animal .
Le contestaban sus amigos
entre risas y toses.
-¡¡¡Esto es absurdo!!!!
Devolvedme mis pañuelos de hilo, que hoy voy a subir el Mortirolo y los
necesito.
O sino me llevo una sábana y
la corto a mordiscos ¡!!!.
Decía Mani, pero nadie le
hacía caso, porque sus últimos dientes se los había llevado “el ratoncito Pérez”
hacía ya más de quince años.
El desayuno, con sus dosis
diarias de anti inflamatorios, pastillas para el riego, infusiones para la
circulación, capsulas para el colesterol y más y más medicamentos, llenaban las
bandejas.
Hoy es domingo, y uno de los
voluntarios viene a sacar de paseo al grupo de los Repechinos.
Todos han abandonado sus
sillas, sus andadores, sus “taca tacas”, y sus cómodos sillones eléctricos y
estaban listos con sus bicicletas a la
puerta del garaje.
-Hoy voy a salir a darlo
todo, pero necesito mi chubasquero de la suerte, que hay una nube allí en Avilés
y creo que va a llegar aquí.
Decía Trasmi debajo de su mascarilla de
oxígeno.
- Yo hoy no voy a forzar
mucho, estoy entrenando “a pulsaciones”
y no puedo salirme del programa que me puso mi personal-trainer.
Decía Willy ajustándose bien
el pañal para que no se le viera debajo de su culotte de talla XXXXXL.
-Pues yo me he metido un
“ciclo” para ir sobrado y haciendo “caballitos” hasta subir al Picu del Sol.
Decía Kike, intentando coger
el manillar que se le escapaba debido a que su compañero “el Parkinson” le
acompañaba.
-Ya cambié el rodamiento del
pedalier por el de la silla de ruedas del Playu que pesado 15 g. menos y tiene
un coeficiente de rozamiento de solo 0,0000333. Con eso, no me vais a ver más
que la coronilla en toda la ruta.
Decía Turonman.
Y así, reunidos como en los
viejos tiempos, o mejor como en sus “jóvenes tiempos”, estaban nuestros amigos
esperando por su guía.
A las 9,15 apareció Lynuxín,
un sesentón al que la barriga le pegaba en la barra de la bici y que aunque
dejaba “melena”, era de los que se peinaban con “raya central súper ancha” .
-¿Quién ye esti “paquete”?
Preguntó Trasmi.
-Pa mí que nos quieren
engañar, vaya piltrafa de tío.
Este no llega ni al final de
la Senda de la Camocha
Decía Willy.
-Y con una bici eléctrica.
Vaya vergüenza. Ni ye paisano ni nada. Allá por el 2017 lo hubiéramos quemado
en la hoguera a los pies de Pelayo cualquier domingo por la mañana.
Decía Turonman.
-Y encima sucia. Yo no me
pongo a su lado, no me vaya a manchar.
Decía Mani.
-Ta aquí porque tien que
haber de todo en esti mundo.
Decía Kike.
-Bueno chavales, vamos a dar
un paseín tranquilo, haber hasta donde llegamos.
-Más lejos que tú, seguro,
decía Trasmi.
-Yo no lo espero más de
cinco minutos en la primera trialera, decía Willy
-¿No hay otro voluntario?,
me da vergüenza que me vean con este barrilete, decía Mani
-Nada, pegamos un par de
demarrajes subiendo al Picu del sol y que El Señor lo acompañe, decía
Yeloquehay.
Y así emprendieron nuestros
amigos la ruta dominical.
En los primeros compases, el
Yogurín Lynuxin iba sobrado, con los “abueletes” a rueda.
Enseguida Turonman y Willy “sugirieron”
un falso llano que hizo asomar una sonrisa en el rostro de Yeloquehay.
Una vez arriba, hubo que
parar, para desenrollar la lengua de Lynux del eje pedalier.
Los abueletes, sonriendo y
esperando que el guía recuperara el aliento.
-Vamos hasta el bosque de
Muño, dijo Kike
-Mejor volvemos ya, no vaya
a ser que os de un telele y tenga que llamar a helicóptero del Sespa para que
os venga a buscar. Decía Lynux.
-Solo una última subidina,
dijo Trasmi. Aquí arriba, donde la Pieza H, que tengo que mirar las antenas que
tengo allí.
-“Putos abueletes, están
todos dopados hasta las orejas, sino ye imposible que aguanten tanto”, pensaba
Lynux.
-Bueno, qué. ¿Usamos unos
piñones más pequeños ya?, que estoy cogiendo frío de ir tan despacio, dijo
Turonman.
-Ya era hora, bajamos a paso
de tortuga, y subiendo nos pasan hasta los caracoles, decía Kike
-Si, pero no podemos llegar
hasta la Residencia sin el “paquete” esti de guía que nos mandaron hoy, sino no
nos van a dejar salir más, decía Willy.
-Bueno, el Señor nos lo ha
mandado, así que hagamos nuestra buena
obra de hoy y dejemos que se crea que nos está dando “cera”.
Rezaremos para que el
próximo domingo el voluntario que nos manden no necesite unes ruedines atrás
como esti, decía Yeloqueahy.
-¿No tiene gps?, pues
tiramos y lo esperamos en el bar de enfrente de la Residencia tomando algo
mientras llega. Qué vergüenza, ¿cómo se
atreve a traer un uniforme de Repechín?, Seguro que lo compró en unos Chinos, decía
Mani.
Y así, tras un quórum,
decidieron volver nuestros amigos, por la senda y por la carretera hasta dejar
sus bicis en el garaje a la espera de la próxima ruta.
-Bueno chavalinos, espero
que hayáis disfrutado de la ruta, y ahora ya a descansar hasta la semana que
viene. Dijo Lynux.
-jejejejeje si, si, vamos a
descansar, pero tu vete a ducharte, porque tienes una sudada como si hubieras
andado en bici. Jejejejeje, se rieron todos los abueletes.
-Oye, y si hacemos una clase
de spining par sudar nosotros un poco?, dijo Trasmi.
-¡¡¡¡¡Siiiiiiiiii!!!!!!. Fue
el grito unánime de los“Old Repechins”.
Y así, recuperando sus
muletas, sus collarines y sus fajas y tacatacas, nuestros amigos volvieron a su
rutina, esperando que llegara el próximo fin de semana para volver a salir con
sus bicis y disfrutar de su afición, y de paso recordar sus años jóvenes……
Un saludo a todos, y nos
vemos en la Trialera, y no en la residencia Nuestra Señora de la Trialera
jejejejeje
WILLY
No hay palabras, Willy. Aplausos a montones ¡¡Plas plas plas plas!!
ResponderEliminarMereció la pena esperar
Willy te mereces una columna en el periódico. Eres un fenómeno.
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