martes, 15 de diciembre de 2015

RUTA DE LOS ILLUMINATI

En estos momentos de “vacío espiritual”, unos Repechinos nos decidimos por hacer una ruta diferente de las habituales, a ver si veíamos “La Luz”, y a buen seguro que los “elegidos” si la vieron.



Esta no era una ruta “laica”, era para auténticos “creyentes”, así que ¿qué mejor “guía espiritual” que Fray Yeloquehay?


El resto, éramos las hermanas “Las Tres Marías”, Mariwilly, Turonmari y Maritrasmi.

A las ¡¡¡¡8.30 de la MADRUGADA!!!! Tras empaquetar nuestras sotanas, recibimos la bendición del Padre Yeloquehay:

-“ Hermanos, hoy estamos aquí reunidos, listos para ir a probar nuestra fé verdadera. Las trialeras del Señor son infinitas y hacia ellas nos dirigiremos.

El camino, no será fácil, pero eso ya lo sabéis, pero al final, estaremos “mas cerca del Cielo”, seguro.

Detalle de la rueda delantera
Muchos fueron los llamados a esta aventura, pero ya veis que pocos sois los “elegidos”, pero en vuestros pedales está el seguir manteniendo el espíritu Repechín.
Viéndoos, estoy tranquilo, porque veo que San Repechín ha escogido a buenos devotos para seguir con su estirpe, sabedor que sois buenos portadores del uniforme azul vayáis donde vayáis.

El “rebaño” de los Repechinos tuvo un gran número de devotos, pero con el paso del tiempo algunos se volvieron “ateos” y abandonaron la bicicleta y otros apostaron por el “laicismo” del Lado Oscuro.

Pero “donde hubo fuego, queda brasa” y veo que aunque no todos los que quisieron, pudieron estar aquí hoy, el “fuego Repechín” tiene “buena llama”.

Así que yo os bendigo, “EN EL NOMBRE DEL PADRE PIÑÓN, DEL HIJO DEL CAMBIO Y DEL ESPÍRITU DESVIADOR, AMEN”

Podemos ir en Paz.”

Escuchamos la homilía, rodilla en tierra y con la cabeza baja en señal de respeto al orador, y a su término, emprendimos el camino.

El frío de la mañana calaba nuestras túnicas, pero las palabras de Yeloquehay nos reconfortaban y la fuerte pendiente nos daba el “calor” que necesitábamos.

El sol parecía cerca, pero a medida que nos acercábamos a él, parecía que volvía a alejarse, pero nuestra fé no decaía.



Pedalada tras pedalada, el cielo estaba más cerca, pero nuestra moral iba decayendo.




No creíamos que fuéramos a ganar el perdón de nuestros pecados, nuestras piernas empezaron a flaquear, y nuestra fé parecía haber desaparecido, el camino ya no era ciclable y el sudor frío y el viento helado nos atacaba sin parar. Pero cuando creíamos que todo estaba perdido, el cielo se abrió ante nosotros y San Repechín del Falso Llano se nos apareció.

Bueno, se apareció a Fray Yeloquehay, su mano derecha en la tierra, y a Trasmi, el comunicador, para que con las campanas de su capilla en Cimadevilla, mandara por las ondas la Buena Nueva.

Turonman y yo llegamos tarde al gran acontecimiento, yo estaba mirando como crecía el musgo y pensando en la crónica, y él, reparando “un problemilla en la dirección de su bici”, pues no comprendía como la pinza de freno siempre estaba a la izquierda y hoy estaba a la  derecha.

Cuando llegamos a nuestros compañeros, la luz era cegadora, y llenaba el bosque de donde procedía.

Quedamos anonadados, sin palabras, boquiabiertos y con los ojos como platos.

En manos de Fray Yeloquehay estaban las Tablas de los Mandamientos del Buen Repechín, que la “aparición” le había entregado y que éste nos leyó seguidamente.

-¡¡¡ Arrodillaos pecadores, y escuchad la Palabra Santa!!!

Estos son los 10 Mandamientos del Buen Repechín, y que nuestro Ángel de la Guarda, San Repechín del Falso Llano, que nos cuida desde el cielo, nos ha enviado.

SERÁS UN REPECHÍN SOBRE TODAS LAS COSAS


NO CITARAS A SAN REPECHÍN EN VANO


SANTIFICARÁS LAS SALIDAS DOMINICALES


HONRARÁS AL GRUPO CON TU PRESENCIA Y A TU GUIA DOMINICAL


NO CAMINARÁS, SOLO PEDALEARAS


NO COMETERAS ANDARIEGOS IMPUROS


NO BLASFEMARAS SUBIENDO TRIALERAS


NO DIRAS FALSOS TESTIMONIOS SOBRE TUS RUTAS NI EL TIEMPO QUE HAS EMPLEADO


NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS DE PASARTE AL LADO OSCURO


NO CODICIARÁS LA BICI DEL PRÓJIMO


Con este tesoro en nuestras manos, el resto de la ruta fue algo especial, indescriptible, irrepetible y difícil de narrar, fue como si la vuelta hubiera sido siempre cuesta abajo.


Nuestros corazones rebosaban alegría, y nuestras piernas movían incluso el “plato grande”, hasta nos parecía que hacía calor, y es que San Repechín nos había bendecido con una vuelta a casa bajo los rayos de un sol increíble.







Y así, con una buena “Comunión” con unos caldos de marisco, que no envidiaban en nada a las vituallas de Canaá, terminamos nuestra peregrinación, sin duda una gran ruta, espectacular, como siempre que Yeloquehay guía nuestras pedaladas.


Y hasta aquí nuestra ruta de hoy, el Domingo, más, en la Mañanabuena de los Repechinos, te esperamos.


WILLY

1 comentario:

  1. Jajaja menudos mandamientos,tu si que yes un Illuminati Willy

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