domingo, 1 de septiembre de 2013

LARGA Y DURA, O CORTA PERO INTENSA. ¿EL TAMAÑO IMPORTA?

Esta es la pregunta que siempre tenemos en mente los Repechinos.
¿Es mejor Larga y Dura?, o ¿es mejor Pequeño pero Peleón?. O ¿“uno Tranquilo y sin Prisas”?
También , cuando “nos venimos arriba”, nos tiramos algún pegote y hacemos “Dos Seguidos”……

¡¡¡¡ ¿Qué pasa que os veo riéndoos al leer esto?!!!!!
¡¡¡¡¡Ah, claro, tenéis la mente sucia y estabais pensando en “gochadas, ¿eh?!!!!
¡¡¡¡Pues no!!!! Me refería a una ruta repechinera, un paseo por trialeras , un paseo tranquilo por la Senda, o una ruta de dos días (como la de la Riboira), respectivamente.
¡¡¡¡Hay que ver que gente ¡!!!! El maillot Repechín, en vez de azul debía de ser VERDE, como vuestra mente calenturienta.
Pero bueno, a lo que voy, ¿Qué preferimos, una ruta como la de Pajares Heavy, donde desde primera hora estamos dando pedaladas y subiendo y bajando montes sin parar hasta coronar en lo más alto de la comarca, comer en la ruta y volver a la civilización a última hora del día, o un “paseo” por el Fariu, con el cuchillo entre los dientes y volver a casa a tomar el vermuth?
¿o hacer una ruta de dos días por la Riboira Sacra, subiendo y bajando mil y una veces por las  plantaciones de uvas de Los Cañones del Sil, dejándolos más pateados que la Playa San Lorenzo en Agosto?
Pués no lo sé. Seguro que habrá tantas opiniones como Repechinos.
De lo que si estoy seguro que lo mejor de una ruta, es la compañía.
Hoy unos cuantos Repechinos, nos dirigimos a realizar (una de las que se están instaurando como CLASICAS),
La Subida al Angliru.

No sé como calificar esta ruta, Corta y Entretenida, dirán algunos, Larga y Dura, dirán otros, y Mejor la Hubiéramos Hecho en dos Días, diríamos los demás.
Pero en lo que seguro coincidimos todos es que fue Una Pasada y Una Gozada, a juzgar por las sonrisas en las caras de todos los participantes cuando llegamos a la cumbre.
Si se pudiera leer los pensamientos de más de uno, seguro que podríamos ver que decían :
  •  ¡¡¡Qué gallu soy, menuda faena que acabo de hacer, ahora hecho un cigarrín y a relajar!!!
  • ¡¡¡¡Eh, mentes calenturientas, me refiero a la faena de subir el Angliru, no la otras faena que estáis pensando y que se hace sin uniforme de Repechín y en la que se gastan 400 calorías!!!

Con un día que ni nos lo creíamos los que fuimos a las últimas ediciones, Con Sol y buena temperatura, El Playu, Turonman, Piti, Pedro, Luis el Mudu, Mani, el Yogurín, Janjun, Dani Camocha y yo, nos dirigimos contentos a encontrarnos con nuestro Repechín preferido, el Angliru.







Unos primeros metros frescos, nos alegraron el inicio de la ruta, lástima que enseguida sobraban manguitos, chalecos y ropas de abrigo.


Los primeros repechos, nos hicieron calentar las patucas, y aún se podía escuchar alguna charla. Más o menos juntos, llegamos hasta el área recreativa de Viapará, donde ya los platos pequeños empezaron a reclamar su participación.


Los que participaban por primera vez, estaban reservando porque no sabían lo que les venía encima, y los demás, también reservábamos porque sí sabíamos lo que se nos venía encima.
El grupo se fue estirando poco a poco, aunque nunca nos perdíamos de vista, porque al estar un día despejado, enseguida veías un maillot azul, a lo lejos, en la siguiente curva, o encima de ti, en alguna de las “zetas” que hacía la carretera.






Poco a poco (muy poco a poco para algunos) pasaban los kilómetros, íbamos pasando las señales donde te decían el nombre de la zona donde estabas, su longitud, y su tanto por ciento de desnivel.
Después de leer muchas señales, por fín, llegamos a la Cueña Les Cabres, una rampa “bastante durilla” y muy muy larga, que facilitaba ir haciendo eses como si en nuestros camel-bag lleváramos anís de guinda en vez de agua.

No parecía acabar nunca, y cuando ya nos creíamos en lo alto, lo que vimos al mirar hacia arriba, fueron otros “tres pisos” de carretera encima de nosotros.
3 kilómetros, 2 y medio, 2, uno y medio, uno…las rampas no acababan nunca, no quedaban piñones, no quedaban platos, no quedaban ni fuerzas y los kilómetros nos “duraban” siglos.

Por fín vemos, 0,5 km, aquí ya veiamos que estábamos arriba. Una pequeña zona en descenso y lo habíamos vuelto a conseguir, ¡¡¡HABÍAMOS VUELTO A SUBIR EL ANGLIRU!!!!
Un año más viejos, pero contentos de haber vuelto a conseguir cada uno, este pequeño triunfo personal.


Unas fotos, un pequeño descanso y enseguida el Playu se empezó a poner nervioso por si llegábamos tarde a comer.






Lo que tardamos más o menos una hora y media en subir, lo bajamos en unos 15 minutos.
Una vez en Lará, disfrutamos de “LA DUCHA” de la piscina municipal, y digo la ducha porque solo había una.
También tengo que decir que no nos cobraron nada, aunque algunos Repechinos se hicieron unos largos en la piscina haciendo así más llevadera la espera.




Después, poco que contar, una comilona importante en Tellego, en Casa Cristina, donde algunos Repechinos ausentes hubieran disfrutado y mucho de las “preciosas vistas” que desde allí se contemplaban.







La comida, ligera, solo para recuperar las pocas energías perdidas en la subida, fabada y cordero, arroz con leche y flan, cafetinos y a casita, que todo el trabajo del día estaba ya hecho.
Bueno amigos, y hasta aquí la crónica de nuestra visita a tierras Riosanas, como siempre, una ruta espectacular en todos los aspectos, ciclista, panorámica, gastronómica y lo mejor de todo la compañía de un grupo sin igual, los Repechinos.


                                                        WILLY

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