Bueno, no sé si este título
es el adecuado, porque nunca dejamos el “curro”. Unos estuvieron preparando
grandes gestas, como el Soplao, y otros, en otras guerras más cercanas al resto
de los mortales. Por mi parte, estuve “en
hibernación”. Unas merecidas vacaciones,
debido a mi “estrés neuronal”, y después la “vacaciones” del ordenador, que se
negaba a funcionar, dieron como resultado poca actividad en nuestra página.
Esperemos que todo vuelva la normalidad. Para retomar la “vida
diaria”, aquí va nuestra aventurilla de hoy:
Con mal presagio respecto a
tiempo, anunciaba lluvia, Trasmi y yo nos reunimos en Pelayo para “hacernos
unas trialeras”
Los Pelayos se reunían allí
también para su ruta de hoy. Ellos tenían pensado ir hacia la Cabaña del
Marqués y alrededores, pero yo había pensado otra ruta, más hacia el Oeste.
Mientras llegamos al Muselín,
tuvimos tiempo de charlar un poco, pero la subida hasta La Campa Torres, no nos
dejó hablar mucho.
Bastante tenía nuestro
cerebro con meter y sacar aire de los pulmones, como para pedirle que gastara
fuerzas en hablar.
La vista del parque de
carbones con algún que otro rastro de humo, nos indicaba que el carbón
almacenado seguía incendiándose cada poco, de forma espontánea. Nosotros
también echábamos humo, pero nada importante que nos impidiera subir hasta el
campo de tiro.
Bajada por la Cuesta de
Veriña para descansar y tomar dirección al cruce de Guimarán.
Como hacía mucho que no
disfrutábamos del pequeño “falso llano” que hay cerca del cruce, allá que
dirigimos nuestras pedaladas.
Puedo dar fe de que sigue tan
cuesto como el primer día que subí, pero nada que no se pueda superar con una
buena plegaria a “San 36”.
Ya estábamos en lo alto del
Monte Areo ( yo lo llamo “Mareo”, porque cada vez que voy allí, doy más vueltas
y subo y bajo un montón de veces y al final ya tengo un mareo que no sé ni
donde estoy ni si pasé ya dos veces por el mismo sitio).
Una “opípara comida” y un
“reportaje fotográfico” nos permitieron recuperar fuerzas.
Visitamos las colmenas que
allí tiene Yeloquehay, pero como no tenían miel, seguimos y bajamos por la
trialera . Giro rápido a la derecha, y otra vez a subir al Monte.
La zona final de la subida,
sigue con su 30% de desnivel, como siempre.
Una vez arriba, decidimos
cambiar de zona y cruzamos para bajar a la carretera general de Prendes.
Complicada bajada por el asfalto debido a la humedad, un par de km. por el
fondo del valle y enseguida, giro a la izquierda y a por otro “falso llano”.
Nuevamente los “molinillos”
empezaron a funcionar, y enseguida volvíamos a estar en lo alto otra vez.
(enseguida nos pareció cuando ya estábamos arriba, pero en las duras rampas, no
parecía que el tiempo pasara tan rápido).
Una pequeña zona cresteando y
la improvisación, nos llevó a un camino que hacía mucho que no pateábamos. Los
charcos gigantes, seguían allí como la última vez que pasamos. Hubo que hacerse
un par de “Barranquieros” (andariegos). Era esto o echarse a nadar.
La bajada hacia en dirección
a Serín estaba mejor de lo que recordábamos, gracias a que tras sacar la madera
del monte, habían arreglado la caleya.
Aquí hicimos otra parada, al
encontrar a un amigo común que nos enseñó sus perros de caza y hasta los
jabalíes y un cerdo vietnamita bastante grande.
Cargamos nuestros maillots de
limones, cargamos agua y seguimos, porque el tiempo empezaba a amenazar y las
nubes ya cubrían todo el cielo.
Nada más arrancar, el orbayu
nos acompaño, y pensamos que nadie nos evitaría la mojadura.
Tras cruzar un prado con
hierba que nos llegaba al manillar y la consiguiente mojadura en los pies,
llegamos a ver a lo lejos la zona de la Zalia.
Unos cuantos hórreos muy
interesantes nos dieron tema para una pequeña y amena charla, menos mal, porque
era eso o empezar a hablar de futbol y niños( jejeje).
Luego, ya haciendo sube y
bajas hasta volver a llegar a Veriña.
A medida que nos acercábamos
a Gijón, el tiempo mejoraba, pero en los alrededores, se veían muchas nubes y
seguro que llovió y bastante.
Como íbamos bien de tiempo,
decidimos rematar con nueva subida por la cuesta de Veriña y así quedarnos con
buenas sensaciones.
Si, Si, ya se que vosotros
seguro que hubierais seguido a la Cuesta del Tiro, pero este par de simples
“panchinos”, ya teníamos el cupo de trialeras del día cubierto.
Como la Ley de Murphy nunca
falla, al llegar a casa, el sol apretaba de lo lindo. Incluso me pareció ver
algún Repechín con la camiseta de MoviStar que afirmaba que habían sido
“finishers” en la ruta de los 10 km., pero como el sol me cegaba, seguro que me
equivoqué. Jejejejjeje
Esperando quitarme el barro
de la garganta, pasé por la “zona de lavado” de la Buhardilla, haber si Jandrín
andaba por allí, pero nada, no hubo suerte.
Y hasta aquí nuestra
aventurilla de hoy. Mañana más, pero no mejor, porque será imposible.
Un saludo a todos
WILLY
¿Cerdo Vietnamita? Me parece que era Camboyano.
ResponderEliminarNo subir el campu tiro tando al lao... Hasta Barrancas ""casi"" se anima el otro día :P
Eliminar