El
pasado sábado, un grupo de Repechinos, decidimos colaborar en una acción
solidaria. En las Fiestas de Guimarán, había una marcha de BTT con el fin de
recaudar fondos para una asociación de niños con cáncer.
Pedro
y Piti Stone, JandrinWeb, Janjun, Yermano, Mani, Lynux y yo, fuimos los que nos
animamos a darle a la biela por una buena causa.
También
había una “fila cero” donde podías ingresar tu donativo para colaborar con la
causa. Aquí, el Sargento y Turonman dejaron su granito de arena ( no sé si
alguien más).
El
día empezaba fresquito, y yo había quedado con Mani para salir juntos desde la
Guía. Yo ya iba un poco acojonado, porque habíamos quedado en 4 Caminos con el
resto de la banda, y Mani decía que con 10 ó 15 minutos teníamos de sobra para
llegar.
Viendo
que se le habían pegado las sábanas y a la hora elegida no estaba allí, me
marché. Si hubiera esperado un par de
minutos más, habríamos ido juntos.
Como
se me hacía tarde, llamé a Jandrín, para ver donde era la salida, y la contestación:
¡¡¡Puf!!!
Pa donde Candás, pero antes de llegar, no lo se bien.
Vale,
esperarme en 4 caminos, que llego un poco tarde, fue mi respuesta.
No,
yo voy en coche.
Mecaguen
toloquesemenea ( pensé yo), ¿ahora pa donde voy? Voy a llamar a Janjun
No,
no lo llames que no va, tiene a la niña mala.
¡¡¡¡BINGO!!!!
Aquí toy solu, y no se a donde tengo que ir.
Voy
a llamar a Pedro. ( telefono apagado)
Solo
me quedaba llamar a Lynux, y claro, como le debía el dinero de la inscripción,
me cogió el teléfono a la primera.
Oye,
esperarme 5 minutos, que ya llego
Ok.
Apreté
Tololo que pude porque pensé que íbamos a llegar tarde por mi culpa, pero a medida
que llegaba a La Escalerona, veía que no iba “tan mal de tiempo”, así que
levanté un poco el pié.
Justo
en ese momento, me anima alguien desde la acera y yo pienso, ¿Qué le pasará a
este borracho?, y enseguida me doy cuenta que era Desdlpicu que iba de paseo (
menos mal que no me leyó la mente).
Ya
en 4 Caminos, nos juntamos todos y salimos rodando tranquilamente hasta el prao
de la fiesta en Guimarán.
Al
pasar junto a la térmica de Veriña, tuvimos el momento simpático del día. Nos
juntamos con otros compañeros del pedal, pero estos con sus flacas, y uno me
comentó:
-¡¡¡Haber si escribes una buena crónica, que hoy merece la pena!!
Venga,
escribe una guapa, que os sigo en vuestras andanzas por esas caleyas de Dios.
Y
yo que creía que ya nadie leía las crónicas en el blog….
Una
sonrisa general y seguimos tranquilamente.
Como
esto de las redes sociales gana adeptos a pasos agigantados, ya creía que todo
el mundo había abandonado los blogs y estaban en el wasap, line y similares.
La
verdad es que todo el mundo que iba a la ruta, se desplazaba en coche, menos
nosotros que con la crisis no teníamos para gasolina, que sino….
Una
vez en el prado de la fiesta, llegó Jandrín, en coche, y Janjun, que tenía que
volver en cuanto acabara la ruta a casa.
Allí
coincidimos con varios amigos, entre ellos, algunos Pelayinos, entre los que
estaba, como no, Tino, todos dispuestos a pasar un buen rato subiendo y bajando
al Monte Areo.
A
las once y cuarto, equipados con dorsal y chip, salimos a rodar.
Una
primera zona bastante llana, nos llevaba a lo que supongo era el antiguo
trazado del tren, y tras unos kilómetros una pequeña subida nos dejaría a los
pies del Monte Areo, que aunque ya es muy conocido para casi todos nosotros,
siempre puedes aprender alguna variante entretenida, una subidina interesante y
otra bajada que no habías hecho nunca.
El
recorrido era de unos 20 km, que debíamos de hacer dos veces.
No
era excesivamente duro, pero como siempre que te ponen un chip, “nos cambia el
chip”, nadie quería quedarse atrás y el ritmo era alegre.
Alguna
zona de trialera desconocida donde vimos peligrar nuestro bien más preciado (
el maillot de Repechín) si hacíamos un Andariegu, puso a prueba nuestra
técnica, y retorciéndonos como merucos, llegamos sin que los fotógrafos de las
zonas nos pudieran inmortalizar en tan comprometida situación.
Había
un par de zonas de bajada un poco complicadas, sobre todo la llamada Bajada del Pipas, que tenía más barro que la
bañera de un jabalí.
Aquí,
Lynux no pudo sucumbir a la tentación de probar las propiedades terapeuticas
del barro, creo que hasta en dos ocasiones.
Tras
la primera pasada por el prado de la fiesta, me comentan que bastante gente
abandonó, pero nosotros seguimos divirtiéndonos.
La
mayor parte de la ruta, Lynux y yo la hicimos juntos, y tras pasar por la
bajadita donde Turonman marcó la zona “a sangre y fuego”, en el siguiente falso
llano, nos encontramos a Yermano, que había rajado la cubierta trasera.
Quedamos
acompañándole (más que ayudándole) a reparar la avería, que se complicó
bastante, primero para quitar el obús de la llanta sin cámara, y luego para
meter la cubierta en la cámara, era imposible, yo creo que había encojido la
cubierta o se había dilatado la llanta. ¡¡¡Como echamos de menos a Turonman y
sus herramientas y a Mani y su técnica en reparaciones ¡!!
El
tiempo pasaba, pero solo nos adelantaron tres o cuatro ciclistas, cosa que nos
extrañaba.
Después,
ya bajada por un camino ya conocido y que gracias a Dios habían segado un poco
y enseguida, otra vez otro falso llano y la bajada del Pipas, donde nuevamente
nos llenamos de barro como en las mejores rutas invernales.
Una
vez en la meta, nuestros compañeros nos esperaban animándonos.
Bebidas
energéticas, fruta y comida en abundancia fue nuestra recompensa.
También
pudimos degustar arroz con leche , pasteles, galletas y demás delicatessen que
nos habían preparado las madres de los niños a los que hoy intentábamos ayudar.
Y
como siempre poco más que contar, muy buen ambiente, camaradería sin igual y
risas a mogollón, fueron el colofón a esta Ruta Solidaria.
Esperamos
haber podido ayudar de alguna manera a estos niños con nuestra aportación, y
haber si cunde más el ejemplo y una parte de las inscripciones a rutas de BTT,
va destinada a ayudar a gente necesitada.
¡¡¡
Ahhhh, no podía faltar el Final Feliz, con las cervecitas de rigor cortesía de
Jandrín ¡!!!
La
vuelta a casa, tranquila, hablando de lo humano y lo divino, de Valentino
Rossi, y de la crisis en general, y como diría Mani, a un ritmo tranquilo y
contemplativo para eliminar el acido láctico acumulado.
Bueno
amigos, hasta aquí la parrafada de hoy, la próxima crónica no será de una ruta
ciclista, será de nuestra aventura por los manteles de la Barranquilla, en la
cena del Repechín de Oro.
Un
saludo a todos WILLY.
P.D. Hubo quien descubrió por primera vez las bondades del Red Bull, que no estoy seguro si dará alas pero alguno creyó estar en el cielo o al menos al lado de algún "angelin". Alguno hasta repitió .....