Hoy teníamos preparada una ruta por el Monte Areo, un poco original, bajaríamos lo que habitualmente subimos.
En la reunión en Pelayo, falló el Sargento Cocorico (perdón, el Sargento Playu, no sé en que estaría pensando). Parece que en Cimavilla había lluvia, lo que nos extrañó, fue ver a Pedro el Trasmi, en camiseta y zapatos de verano.
Por el Llano, también estaba cayendo un “diluvio” de los grandes, según El Gallo Claudio-Turonman, aunque cuando llegó Piti, no venía mojado, y él, solo vio sol cuando cruzaba junto al “Carreful”.
En la zona Centro, creo que debía estar “inundada”, porque Trancas-Polvorete no pudo salir de casa, pues el agua creo que llegaba a las ventanas del 2º piso. Lo raro era que había gente limpiando el coche en la zona de Begoña aprovechando el solecito.
De Mani no sabíamos nada, esperemos que siga calentito en el gallinero y ya hayan pasado antiguos “problemillas”.
Bueno, a lo que vamos, Janjun, Mario, Yeloquehay, Trasmi, Piti, Pedro, Yerman y Willy nos reunimos en 4 Caminos con un poco de miedo por si nos visitaba la lluvia, pero contentos por no haber hecho como otros COCORICOS.
En la reunión en Pelayo, falló el Sargento Cocorico (perdón, el Sargento Playu, no sé en que estaría pensando). Parece que en Cimavilla había lluvia, lo que nos extrañó, fue ver a Pedro el Trasmi, en camiseta y zapatos de verano.
Por el Llano, también estaba cayendo un “diluvio” de los grandes, según El Gallo Claudio-Turonman, aunque cuando llegó Piti, no venía mojado, y él, solo vio sol cuando cruzaba junto al “Carreful”.
En la zona Centro, creo que debía estar “inundada”, porque Trancas-Polvorete no pudo salir de casa, pues el agua creo que llegaba a las ventanas del 2º piso. Lo raro era que había gente limpiando el coche en la zona de Begoña aprovechando el solecito.
De Mani no sabíamos nada, esperemos que siga calentito en el gallinero y ya hayan pasado antiguos “problemillas”.
Bueno, a lo que vamos, Janjun, Mario, Yeloquehay, Trasmi, Piti, Pedro, Yerman y Willy nos reunimos en 4 Caminos con un poco de miedo por si nos visitaba la lluvia, pero contentos por no haber hecho como otros COCORICOS.
Muselín, Cuesta del Tiro, Veriña y hacia el Monte Areo. Una vez allí, lo que se dice mucha distancia “a lo largo”, no hicimos, pero de subir y bajar, como diría un andaluz, “nos jartamos”.
Cada cuesta, preguntaban si era la última, y cuando había alguna bajada chula, ni Janjun ni Yeloquehay se lo creían.
Cada cuesta, preguntaban si era la última, y cuando había alguna bajada chula, ni Janjun ni Yeloquehay se lo creían.
Recorrimos algunas cuestas conocidas, y otras no tanto, hubo que empujar un par de veces la bici, pues la mezcla de barro y lluvia hacía imposible llegar a la cima de las cuestas, pero el cachondeo fue el habitual en las salidas repechineras.
Durante la ruta, la gente se reservaba y hacía el remolón, pero cuando llegamos al último alto, antes de empezar a bajar hacia Veriña, y se olieron el final de las cuestas, todos salieron como si hubieran comido las espinacas de Popeye.
Durante la ruta, la gente se reservaba y hacía el remolón, pero cuando llegamos al último alto, antes de empezar a bajar hacia Veriña, y se olieron el final de las cuestas, todos salieron como si hubieran comido las espinacas de Popeye.
Viendo esto, Peter Stone “sugirió” que la gente estaba muy suelta, así que “podemos subir por la cuesta de Veriña, para “suavizar los ánimos”.
A media cuesta, a unos 200m antes de llegar el cruce de Ambás, alguien dijo “entre esos árboles creo que hay una trialera”.
Ni que decir tiene, que fue como cuando soltamos lo perros en las cacerías sobre el rastro de un jabalí. Era como si alguien hubiera dicho “cocorico el último”.
La alegría duró poco. Enseguida vimos la bici de Yeloquehay en el suelo y la de Piti; ¿Qué ocurría? Cuando nos fijamos y estaban apartando árboles de la ruta, nos pusimos en lo peor. A los 10m se estrechaba el camino, y se estrechaba y se estrechaba hasta que nos tuvimos que bajar de las bicis pues la zona “ciclable” se había acabado.
A media cuesta, a unos 200m antes de llegar el cruce de Ambás, alguien dijo “entre esos árboles creo que hay una trialera”.
Ni que decir tiene, que fue como cuando soltamos lo perros en las cacerías sobre el rastro de un jabalí. Era como si alguien hubiera dicho “cocorico el último”.
La alegría duró poco. Enseguida vimos la bici de Yeloquehay en el suelo y la de Piti; ¿Qué ocurría? Cuando nos fijamos y estaban apartando árboles de la ruta, nos pusimos en lo peor. A los 10m se estrechaba el camino, y se estrechaba y se estrechaba hasta que nos tuvimos que bajar de las bicis pues la zona “ciclable” se había acabado.
Escallos por todos los sitios, matorral salvaje y alguna huella de un dinosaurio que debió de ser el último ser vivo que había pasado por allí, fue lo único que vimos antes de llegar de nuevo al asfalto. Quien tendrá suerte es el fabricante de equipación de bici, pues creo que más de uno tiene que pedir ropa nueva.
Ya de vuelta, decidimos subir la cuesta de Veriña, porque queríamos “acortar” el regreso a casa. En los primeros metros Mario rompió la cadena, y entre esto y alguna que otra avería en la ruta, hizo que el tiempo se nos echara encima, y no pudiéramos rematar, subiendo el Tiro, pero con la sensación del deber cumplido.
Hasta aquí, la aventurilla de hoy, esperamos que la que nos prepare el Playu antes de la comida del Domingo no sea muy dura y la gente se anime.
Es obligatorio ir a la ruta para tener plaza en la comida. Jejejejejeje Nos vemos, un saludo a todos WILLY.
El track de la ruta y las fotos de Janjun aquí.
Es obligatorio ir a la ruta para tener plaza en la comida. Jejejejejeje Nos vemos, un saludo a todos WILLY.
El track de la ruta y las fotos de Janjun aquí.